Adorable maestra de los primeros años;
Maestra de tercero que todos querían.
¿Qué fue de tu vida?
Hoy quisiera agradecerte
la ternura de tu magisterio,
aunque probablemente ya no existes,
pero sí existes en los recuerdos,
al menos en los míos
no importa si de la vida te fuiste
sin dejar historia.
como paloma desconocida...
Existes sí,
porque la existencia no termina
mientras uno solo de tus alumnos
te tenga presente
y encadene recuerdos
que se hacen poesía.
Querida Fidelia,
maestra querida,
te ví por última vez cuando ya estaba en sexto.
No es grato el recuerdo,
porque llorabas de alguna pena,
por mí desconocida.
Fue mi último recuerdo.
¡Triste día!
¿Por qué lloraba Fidelia?
Es algo que un niño no acepta,
y para siempre deja una herida.
Después terminó el curso;
terminó la primaria:
se fueron los primeros amigos;
cerraron la escuela,
y con ella,
adiós a los primeros amores,
adiós a las aulas,
se acabó la infancia,
comenzó la vida.
Frank Calle (31/ene/2019)
Comentarios2
Un precioso recuerdo de una maestra que marco y a la cual se le recuerda con aprecio
Un saludo
Estimado Navarro, aunque soy un poco desmemoriado para algunas cosas, soy como un elefante para otras. Yo recuerdo prácticamente el nombre de la mayoría de los maestros que he tenido en la vida; y digo maestros -no distingo de profesores- porque maestros son todos los que han hecho magisterio de su profesión y de su vida.
La maestra que me enseñó a leer y escribir, fue una anciana, fácilmente con 70 años, que tenía un aula bastante amplia, multigrado, que se llamaba o le decían Blanquita. Allí, como había niños de todos los grados, y de todos los tamaños, aprendí en un solo curso una mezcla de disciplinas, desde el alfabeto y la lectura, hasta aritmética de varios grados, historia y seguramente algo de biología. Y todo eso condimentado con los valores y la cultura propios de la nación, que van tomando forma en la signatura moral y cívica.
Como resultado de todo eso, un tiempo después me trasladan a una escuela primaria privada, de formato clásico, con muchos grupos de estudiantes, organizados por grados, de prescolar a sexto (donde trabajaba Fidelia). Tenía entonces solo 7 años, y al hacerme un diagnóstico, me ubicaron directo al 4to grado. Pero a los pocos días, luego de visitar la escuela un inspector del Ministerio de Educación, al verme tan pequeño, entre niños que ya tenían 9 o 10 años, preguntó que hacía en 4to,y no aceptó la explicación de que era un niño adelantado, porque eso violaba normas de higiene escolar, y ahí me rehubicaron en 3ro, y conocí a Fidelia. Y por esos días escribí mis primeras poesías, para una niña que me fascinó, llamada Mirella.
Esa es la historia no contada del poema. Y Fidelia fue como un ángel, venido del cielo, para cuidar de mi infancia, en una edad muy difícil, entre niños de mayor edad y talla, donde muchas veces comienza a nacer la hierva de la maldad, a nivel escolar.
Una abrazo,
Frank
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Bueno pues parece que mi vida y la suya se parecen un poco, mi hija se Llama Mireia y yo trabajé hasta que me jubilé hace dos años de inspector de educación. Por aquí lo del tema de los niños superdotados está muy regulado se puede superar curso sin haberlo hecho desde los cuatro años y luego después en primaria y secundaria también se puede hacer, siempre y cuando se cumplan una serie de circunstancias en lo que tiene que ver con con informes psicopedagógicos que lo permitan. Y para niños que en el deporte y ajedrez son números uno y viajan mucho al extranjero también cabe la posibilidad d. .e realizar los estudios a distancia. Las posibilidades de avanzar curso en las etapas de educación no obligatorio hasta los 16 años, son cuatro, pero como le digo debe de darse una adoración del niño al curso que se adapta, que se vea que no va a salir perjudicado por ello.
Un saludo
adoración no, adaptación
Es cierto, amigo Navarro, han cambiado favorablemente las cosas, para posibilitar el desarrollo de los niños que en una rama u otra demuestran poseer capacidades superiores a la media. Pero estábamos entonces, en los comienzos de los años 50.
Por cierto, tenemos profesiones con muchos puntos de contacto. Además de trabajar en la enseñanza de la Ingeniería, como ya conoce, hice el doctorado en Ciencias Pedagógicas y paralelamente trabajé muchos años en la dirección del ajedrez en Cuba. Desde esa posición fui Vicerector del Instituto Superior Latinoamericano de Ajedrez, y por algún período me ocupé personalmente de la dirección de la Escuela de Talentos, un centro donde nos ocupábamos de lo que UD cuenta, es decir, captar niños con dotes para el ajedrez, y mediante cierta metodología, contando con profesores especializados en ese trabajo, tratar de acelerar sus capacidades ajedrecísticas, hasta el nivel de maestros. TOdavía, en alguna medida, comparto ambas profesiones, y en fecha reciente publi´que una obra sobre el entrenamiento en ajedrez, donde hago una recopilación de temas, pero me toca específicamente tratar el tema del entrenamiento de niños en edad escolar.
Vaya si es pequeño este mundo...
Un abrazo,
Frank
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