Que no te extrañe,
muchachita lejana,
esa sombra cotidiana
que dibuja un resplandor
en la espera del olvido.
Quizá lo extraño sea
este momento.
Esta suerte de segundo
atrapado entre las fauces
de un reloj descompuesto.
No es curioso ni mágico
-y mucho menos vergonzoso-
resumir que los pasados
no son ajenos suvenires
rescatados de otros rostros.
Son tan propios
como el nombre de las cosas,
tan secretos
que merecen ser contados.
Están tan celosamente aferrados
al ahora
y al después de los silencios,
que a veces parecieran ser
un presentimiento renovado.
Son pequeños arrumacos,
intermitentes,
como un tren mientras pasa.
Apacibles,
como un viejo
recordando en la vereda.
Son esa cuota de agonía
que padecen las estrellas.
Uno sabe que están muertas
a pesar de estar prendidas.
Pero que no te extrañe,
que el azar se meta en tu semana.
Porque cualquier día puede
convertirse en un domingo,
y también
-por qué no-
en una terca sonrisa.
Tal vez lo extraño sea
el arrebato equivocado
de no vivir ese segundo.
Ese irreversible segundo extraño
en que tu pasado y el mío,
muchachita lejana,
se saben sin olvido.
- Autor: Christian Cejas ( Offline)
- Publicado: 28 de agosto de 2024 a las 08:35
- Categoría: Amor
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: jvnavarro, Mauro Enrique Lopez Z., Antonio Pais, Raül Bernadas, Scarlett-Oru, Gonzalo Márquez Pedregal
Comentarios2
Precioso un poema sin pizca de desperdicio
Un saludo
Brillante como de costumbre
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