Florece con la tierra.

Blancas cartas pintorescas del labial embustero de tus labios con tu pizca y pellizco sabor a chasco que reemplaza el sonsonete anarquista del sentir perenne y fugaz, concediendo el desatino qué avoceta mi espalda con tus dedos, haciendo grietas sin descanso, ocultando los senderos que dios ha escrito en tu destino.

 

Los traumas galopan; deterioro de lesión continúa más no eterna, desgastando el brillo, ausentando la agudeza visual, transformándola en sesgo y presbicia, una milonga sin descanso, que atraviesa al lobus frontalis con excusas y fantasías hasta el desenlace de esta tierna sobredosis de doctrina y manipulación.

 

Este aposento en estado de contienda, no existe el salvamento ante el desaliento, el aire carmesí como la ricina y el cielo tan morado como el ántrax, mezclado con el placebo sentimental fortuito y el arte de las letras bien camufladas, dejaron caer su cuerpo ante el laurel del nerium, dejándolo escuchar la suave melodía del réquiem, una voz cristalina resuena en su interior, no es Miguel Ángel en su salvación, es su amada susurrando con hipocresía y blandura;te amaré hasta el final de tu lectura.