Topografía de la intolerancia
ALBERGO, EN ESTADO CÍTRICO, UNA MOTA DE MÍ
resuelta a ser el vivo retrete de mi identidad,
esa mota de mí que, consciente, consiente
que las ideas se racionen,
que se descalibren las dudas,
que mi mente, no se angustie, se angoste
ante el asiduo asedio del pensamiento accidental.
Esta mota de mí,
empeñada en, empañada por,
vivir, todavía, en la Edad del Yerro,
se ha dado prosa para censurar lo distinto, lo distante,
y por eso, de taaaaanto como observa, absorbe,
en un silencio obsoleto,
opiniones sólo diametralmente apuestas.
Para ella, aquéllas que no agradan, agreden.
Para ella, lo que no la ameniza, la amenaza.
¡Claro que no soporta una conversación
que a la conservación no conduzca!
Descoordinadas las coordenadas del respeto,
¡hasta las zarzas que higienizan
la saciedad del bienestar aborrece!
Porque esta mota de mí viril se ha hecho,
cuando no es más que orina de mi costal.
Más aún, para reforzar su sistema impune,
esta mota de mí se alía,
tercamente, con el resentido común,
y juntos escupen quejas, monstruos esculpen,
cimentando el amperio de la animadversión
sobre calumnias dóricas, categóricas.
Sin embargo, cuando reina la confesión,
esta mota de mí, desengreída,
deja de dar ruidos de prensa
y reconoce, bajo presión preventiva,
que simplemente quería hacer histeria
para que no la olvidara yo.
La otra luna de la cara (2024)
- Autor: Otxamba Quérrimo ( Offline)
- Publicado: 1 de septiembre de 2024 a las 10:54
- Comentario del autor sobre el poema: Prácticamente verso a verso, una infestación de parónimos y malapropismos.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Alberto Escobar, Mauro Enrique Lopez Z., Raül Bernadas
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