Río Aqueronte

jorge enrique mantilla

Río Aqueronte

 

Cuenta la historia entre mitos y leyendas de miedos, espantos y oscuridades

Del río tenebroso del inframundo, en sus abismos escalofriantes en sus profundidades

 Río de la miseria y del dolor, de turbulencias y crueldades

 Tenebroso y espeluznante, del sufrimiento, del ego y sus vanidades

 Río Aqueronte del odio y del olvido, del lamento y sus maldades

 Río de aguas de fuego ardiente, que azotan huracanes, vientos y tempestades

 Río de la miseria y de la muerte lúgubre, de tinieblas, de soberbias y barbaridades

 De las mazmorras del averno, del desconsuelo entre sombras de las oscuras inmensidades

 

 Cuenta la leyenda, que las almas de los difuntos después de la muerte con sus llantos y sufrimientos

 Eran transportadas por el barquero siniestro Caronte, sin dolor, ni sentimientos

 Timonel y barca, atiborrada de almas, navegaba por el río con las olas inmensas de sus remordimientos

Viaje inevitable del destino triste y lóbrego, entre penumbras y tormentos

 Viaje al reino invisible de las tinieblas, sin confesión, ni perdones en sus arrepentimientos

 Barquero que amenazaba con su trinche hirviente a las almas con lenguas de fuego de misterios y encantamientos

 

 Río Aqueronte, que lleva sus aguas siniestras al puerto y muelle de su desembarcadero

Y allí en las puertas del infierno, salen llamaradas de fuego por la rendija de un oscuro agujero

 En silencio, espera que bajen de la barca las almas, un feroz, escalofriante y temible portero

 Es el perro cerbero, monstruo de tres cabezas y cola de serpiente venenosa en su trasero

 Fiera infernal indomable e indescriptible, de cadenas de fuego de las tinieblas del orco su prisionero

 Perro tenebroso de ladridos de ultratumba, de babazas de sangre, del barquero su heredero

 Esperaba las sufridas almas con sus colmillos de mordidas letales, como desprende la piel el carnicero

 Perro cerbero, que hacía sonar las cadenas de fuego, como servil del tártaro carcelero

 

 Las almas de los difuntos viajaban por el río Aqueronte, en silencio de soledades rigurosas

 Al mando del barquero Caronte, de miradas de fuego, atemorizantes, siniestras y rigurosas

 Barca que se estremecía con el oleaje de olas inmensas, espeluznante y tenebrosas

 Noche de soledades, de penumbras, de miedos y terrores angustiosas

 Viaje por el río de sangre, hacia las lenguas de fuegos ardientes, temibles y calurosas

 Viaje que termina en las puertas del infierno, del desembarcadero de aullidos horrorosas

 Leyenda de voces de ultratumba, alucinantes, de torturas y suplicios, de sufrimientos y desazón, de ventarrones, de aires y sombras siniestras supersticiosas.

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga sep. 03-2024

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