Y que el destino me consuma porque el viaje es abrupto.
No tengo la fuerza ni el tiempo de una espera eterna.
No tengo el valor para una apuesta cierta.
El riesgo barre toda esperanza.
El miedo se apodera de la sala.
Que venga agua dulce, agua clara.
Que limpie este destrozo.
Que me limpie, que estoy sucio y roto.
- Autor: Áspero ( Offline)
- Publicado: 3 de septiembre de 2024 a las 18:56
- Comentario del autor sobre el poema: Ante la impotencia de la condena un socorro al destino.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 31
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