En un tiempo tuve un tesoro
repleto de gracia y fulgor,
de refulgentes esmeraldas
con coloridos escarlatas
surgidos desde mi interior,
que fui entregando generoso
a todos en mi derredor.
Y fue tal riqueza y candor
de aquel mi tesoro precioso,
que sus delicadas delicias
fueron esas tersas caricias
que como aire fresco en el rostro
o cual suave viento a favor
fue resoplando generoso.
Más un día en el que vi un prado
majestuoso por su verdor,
rebosante de finas flores
y tantas hierbas de colores
que por fecundo me arrobó,
entregué así, sin más reparo,
mi riqueza en su resplandor.
Bondad, paciencia y humildad
como perlas incandescentes,
labor, servicio y devoción,
generosidad y pasión
como llamaradas ardientes
a tu alma sin titubear
entregue pleno y totalmente.
Mas no quisiste mi bondad
y la asumiste por sentada,
ni fue tampoco mi paciencia
que derrochaste en displicencias,
o noble humildad vulnerada
que por respuesta fuiste a dar
por la soberbia acumulada.
O el cuidado en cada detalle
de servir alegre al hogar,
o aquel trabajo cotidiano
en que laboré sin descanso,
y ser suficiente al donar
el pan ganado con pesares
al dulcísimo bienestar.
Si no quisiste mi bondad,
devuélveme tan solo un poco,
si mi paciencia solo fue
pretexto de desconocer
la dignidad y mis arrojos
de mi desnuda libertad,
entrégame aquellos despojos.
Reembólsame la valía,
esa que ciega confundiste
con la robusta voluntad
de mi humilde afabilidad,
aquella fe que en mi perdiste
cuándo en necedad la alegría
con los deberes confundiste.
Quédate tú con mi servicio
pues sabes que me gusta amar,
porque cuando me dono sirvo
y sirviendo amando te brindo
el cuidado para forjar
las sortijas del sacrificio
y de la generosidad.
Regrésame solo retazos
del sutil y ancestral tesoro,
que por gracia engalanara
esas virtudes enmarcadas
con singular lujo y decoro,
de aquel mi radiante regalo,
devuélveme tan solo un soplo.
Deja que tome mis andanzas
por esas sendas escondidas,
desarraiga ya esos vestigios
que engalanaron el camino
de los ocasos de tu vida,
entre las ruinas olvidadas.
deja que encuentre mis salidas.
- Autor: Luis Ernesto Hernández Aguirre ( Offline)
- Publicado: 3 de septiembre de 2024 a las 22:38
- Comentario del autor sobre el poema: VESTIGIOS Por Luis Ernesto Hernández Aguirre // 13 de agosto de 2024 Esta poesía la escribí en un periodo complicado de transición laboral en el que abordo diferentes sentimientos encontrados en mi vida profesional y personal, habla de un sentimiento de reencuentro, de rehacer, de renacer, de tomar las cenizas y las brazas del fuego. Está escrita en 11 estrofas de 7 versos nonasílabos con una rima ABCC BAB.
- Categoría: Perdón
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Mauro Enrique Lopez Z.
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