El Sol dora los campos de girasoles;
con el cántico cálido del verano.
En el riacho, nadan brillos estivales,
y se oye de aves un jolgorio cercano.
Los juegos olvidados de los chavales,
devienen en secas lágrimas de anciano,
recuerdos de otras cosechas de trigales,
en tardes a la fresca de charla y vino.
Cimbrean las ramas frescor de laureles
con la brisa que trae el aire solano
tras agitar el manto de los maizales,
y aventar el polvo seco del camino.
Las hojas secas del otoño temprano,
caen a tierra mecidas por el viento,
donde fungirán en un fértil abono,
madre de plantas, flores y sentimientos.
- Autor: Salva Carrion ( Offline)
- Publicado: 5 de septiembre de 2024 a las 07:17
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Lualpri, jvnavarro, La raiz que no se seca, Sami Sanz, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
Salva lindo poema compañero un abrazo grande que tengas un excelente jueves
Antonio, rehola.
Encantado de cambiar unas palabras contigo.
Leí un poema tuyo en pareados. Excelente.
Dejé un comentario que no sé si te llegó.
Saludos cordiales.
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