A diario mi tez casi avejenta
perdiendo su brillo vigoroso
por el tiempo raudo y fatigoso;
quién lo afronta o lo enfrenta?
Si Él irreversible detenta
el dominio de nuestro destino,
pero, nuestra mente en desatino, detener el tiempo siempre intenta.
No envejece mi intelecto;
es inalterable, sensato,
evolutivo e imperfecto.
Dentro de Él no pasa el tiempo,
es un cristal puro diamantino,
el tiempo no cambia su destino.
- Autor: Charlescolt (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de septiembre de 2024 a las 10:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, Antonio Pais, MISHA lg, ElidethAbreu, El Hombre de la Rosa
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