JESUS EL CARPINTERO

Yeshuapoemario

Que trabaje duro haciendo con sus propias manos un buen trabajo y así tenga algo que dar a quien lo necesite (Efes. 4:28).

 

En el taller de la vida, un hombre de madera y espíritu,

con manos de artesano y corazón de infinito.

Jesús, el carpintero, en su labor encontraba,

el gozo de lo simple, la belleza que tallaba.

 

Con cada golpe certero, con cada astilla que volaba,

un pedazo de cielo, en la tierra se anclaba.

No solo mesas y sillas, sino lecciones creaba,

de cómo ser en el mundo, sin que el mundo te atrapara.

 

Sus manos, que la madera con ternura acariciaban,

eran las mismas que almas con amor moldeaban.

Y aunque su oficio terrenal, a muchos sustentaba,

su misión celestial, a todos iluminaba.

 

"Trabajen por el alimento que a la vida eterna lleva",

decía a los que escuchaban, a los que en él creían.

No por pan que perece, sino por verdad que eleva,

por tesoros en el cielo, que nunca se desvanecían.

 

En su sermón en la montaña, palabras de luz vertía,

"Acumulen para ustedes tesoros en la altura",

donde ni el óxido corroe, ni la polilla envía,

su manto de olvido, su capa de amargura.

 

Así, el carpintero divino, con su ejemplo enseñaba,

que el equilibrio en la vida, con sabiduría se hallaba.

Trabajar sí, pero sin olvidar la senda sagrada,

hacer "un buen trabajo", pero con el alma alzada.

 

Porque más allá del sudor, de la madera y el clavo,

está el propósito supremo, el llamado más alto.

Jesús, con su vida y obra, a todos nos ha mostrado,

que el verdadero oficio, es amar y ser amado.

 

  • Autor: Yeshuapoemario (Offline Offline)
  • Publicado: 6 de septiembre de 2024 a las 07:19
  • Comentario del autor sobre el poema: Que trabaje duro haciendo con sus propias manos un buen trabajo y así tenga algo que dar a quien lo necesite (Efes. 4:28). Jesús fue un hombre trabajador. Cuando era joven, fue carpintero (Mar. 6:3). De seguro que sus padres agradecían la ayuda que les daba para cubrir las necesidades de una familia tan numerosa. Y, como era un hombre perfecto, podía hacer trabajos perfectos, así que probablemente tenía muchos clientes. Podemos imaginarnos a Jesús disfrutando de su trabajo. Pero no dejaba que este le robara el tiempo que necesitaba para los asuntos espirituales (Juan 7:15). Y cuando ya era ministro de tiempo completo dio este consejo: “No trabajen por el alimento que se echa a perder, sino por el alimento que dura y lleva a vida eterna” (Juan 6:27). Y en el Sermón del Monte dijo: “Acumulen para ustedes tesoros en el cielo” (Mat. 6:20). La sabiduría que nos da Jehová nos ayuda a ver el empleo con equilibrio. A los cristianos se nos dice que trabajemos duro y que hagamos “un buen trabajo”. w22.05 22 párrs. 9, 10
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 19
  • Usuarios favoritos de este poema: Francisco Javier G. Aguado 😉, La Bruja Irreverente, Mauro Enrique Lopez Z.
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