Tu madre estará feliz (Prov. 23:25)

Yeshuapoemario

 

En el silencio de la devoción, donde las palabras sobran,

se teje una historia de amor, en los hilos de la oración.

Eunice, con su fe como guía, a Timoteo enseñó,

que en los actos de piedad, un corazón puro se reflejó.

 

Como madre, su ejemplo fue un faro en la oscuridad,

mostrando que el amor divino es la más grande verdad.

Sin pronunciar palabra, su vida fue un sermón,

que habló más fuerte que el trueno, en su silente canción.

 

Las madres, con su sacrificio, marcan el camino a seguir,

renunciando a lo mundano, para en lo espiritual invertir.

Tiempo, dinero y descanso, ofrendas de su amor,

para que sus hijos caminen hacia un futuro mejor.

 

No es en la riqueza donde su valor se mide,

sino en la riqueza de su espíritu, que a Jehová se confide.

En la quietud de su estudio, en la paz de su orar,

en la comunión de los fieles, su espíritu va a hallar.

 

Que no se turbe su corazón por las cargas del día,

ni se pierda en el ruido, la sagrada melodía.

Que su amistad con lo Alto sea la joya más preciada,

y en cada acto de servicio, una bendición derramada.

 

Porque en la entrega total, en la fe que no se ve,

está la verdadera fuerza, que a la familia sostiene.

Y en cada paso humilde, en cada gesto de amor,

se construye un legado, que trasciende el dolor.

 

Así, Eunice y tantas madres, en su callado labor,

son las heroínas silentes, de un mundo mejor.

Con la Biblia en sus manos, y Jehová en su corazón,

van dejando huellas eternas, de incalculable valor.

 

 

  • Autor: Yeshuapoemario (Offline Offline)
  • Publicado: 7 de septiembre de 2024 a las 05:42
  • Comentario del autor sobre el poema: Tu madre estará feliz (Prov. 23:25). Eunice le puso un buen ejemplo a Timoteo. No hay duda de que él vio que las acciones de su madre eran el resultado del profundo amor que sentía por Jehová y que servirle la hacía feliz. De manera parecida, muchas madres han llegado al corazón de los miembros de su familia “sin una palabra” (1 Ped. 3:1, 2). Usted también puede lograrlo. ¿Cómo? Ponga en primer lugar su amistad con Jehová (Deut. 6:5, 6). Como la mayoría de las madres, seguro que usted renuncia a muchas cosas para atender las necesidades físicas de sus hijos. Por ejemplo, está dispuesta a sacrificar su tiempo, dinero y descanso. Pero nunca debería estar tan ocupada que descuide su amistad con Jehová. Saque tiempo para orar en privado, para su estudio personal de la Biblia y para ir a las reuniones. De esta manera, fortalecerá su amistad con Jehová y les pondrá un buen ejemplo a su familia y a otras personas. w22.04 16 párr. 1; 19 párrs. 12, 13
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 13
  • Usuarios favoritos de este poema: Yeshuapoemario, Mauro Enrique Lopez Z.
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