Al pisco

Gustavo Echegaray

En la entraña de mi tierra,

bajo el sol de la campiña,

la vid crece y se encariña,

desde el llano hasta la sierra .

 

Baja el agua de repente

reptando la cordillera,

y las manos  jornaleras

riegan  viñas emergentes.

 

Parras de linaje fino

de quebranta o moscatel,

negra,  albilla o torontel

fresca sombra en el camino.

 

En febrero dan sus  granos

piel dorada  o  piel morena,

con su redondez serena

nos endulzan el verano.

 

De  racimos va brotando

el zumo de la vendimia,

y en la falca  se sublima

el   pisco que va cantando.

 

Pisco es fuego y es abrazo,

licor noble y sin frontera,

orgullo de cada hoguera

de quien lo acuna en un vaso.

 

Cuál  tesoro muy  preciado

espíritu en las botijas

mi gente ahí lo prolija

sea puro o sea acholado.

 

Pisco noble y generoso,

hijo de la vid febril,

en su cuerpo está el sentir

de los hombres laboriosos.

 

Brinda mi pueblo al destino,

y a dios en cualquier lugar

y el pisco a su lado  va

suavizando su camino.

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