¿Así que esto es lo real?
¿Cruzar la puerta de la pieza y confiar que el resto de la casa siga en orden?
¿Era este el mensaje hermético detrás del velo?
No es posible
Nada nunca es tan real
La casa solo es otra extensión de la Matriz
Un delicado agujero negro donde arrojar el mito del origen.
La verdad solo cuento con estos lentes de Sol y esta visión en medio del asfalto
Sorteo las sombras de los transeúntes
Golpeo los anuncios publicitarios con la esperanza de una revelación subliminal
Ninguna acción evitará –otra vez- el desvío de la trama
Todo lo que observo es la redundancia del tráfico
La impasibilidad de los rostros
La opacidad del cielo reflejada sobre los espejos quebrados
Ninguna mujer vestida de rojo
Volverá a atraparme con sus ojos de mar gigantes
El guardián del sueño viene a mi auxilio
Detrás del vestido hay una promesa de fuego
Solo es otra extensión de la Matriz
Otro engaño evolutivo bajo la forma fatal de la esfinge.
Sé que el abismo de la belleza es insondable
Que la pasión me envuelve con los hilos de Ariadna
Que desperdicio la madeja de mis caros deseos
Para caer abrasado por la llama eterna de la carne
Pero el guardián del sueño viene con las píldoras en medio de la vigilia
Con la azul regreso a la pieza sin conocer el orden completo de la casa
Regreso a la ciudad a reincidir sobre los labios fugitivos
Y con la roja puedo conocer el fondo de la máquina
El mecanismo que le imprime sangre a la textura de la vida.
¿Estoy dispuesto a tomar –una vez más- la píldora roja y tragar con ella
todas las ilusiones que me hicieron renunciar a mi entera voluntad?
La píldora se abre paso en mi interior
La casa sigue ahí, ya no me exalta el polvo de sus rincones
La ciudad se me aparece imponente cual festín de partículas elementales
Y la mujer escarlata, aun con su encanto milenario, ya no perturba mi visión
Porque lo real ahora invoca su propio ritmo, su propia arquitectura
Su luz ha cobrado el ocaso de las posibilidades perdidas.
Tengo conmigo la escuadra y el compás
Para sondear las dimensiones
Tengo conmigo la piedra bruta cincelada por el rigor
Viajo entre columnas y me inclino ante el misterio
Vuelvo a mi vida de todos los días
Vuelvo a transitar sobre mis pasos
Vuelvo a mi hogar hecho un desertor que reescribe su relato.
Querida ilusión, ya no hay cuerpo que cautivar ni corazón que detener
Solo queda tu beso traidor separado del todo
Solo queda este exilio y este oficio penitente
Tras la catástrofe de nuestro espíritu
Y la burla del tiempo que nunca hizo justicia.
Lo real está aquí: mira y reconócete
Ya no hay secreto
Ni palabra clave
Solo esta sangre que mana
Solo este fuego que vela.
- Autor: Salvador Galindo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de septiembre de 2024 a las 18:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Scarlett-Oru, La raiz que no se seca, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
tu pildora roja
a mi daltónica vista
fue la pildora azul
me lanzó frente a la pantalla
y te vi con sobretodo negro
danzando bajo la lluvia
escoltado por Triniti
anunciando desde un teléfono público
"se que estan dormidos, es tiempo de despertar"
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