En un rincón sombrío, yace rota la silla,
Su pata quebrada, en silencio vacila.
Por un tornillo ausente, tan pequeño y perdido,
La estructura entera, en desuso, se ha hundido.
¿Quién diría que un objeto tan frágil y menor,
Podría traer consigo un daño tan mayor?
Pero sin esa pequeña pieza, la silla no resiste,
Y en su torpe caída, su función desiste.
Así también la vida, en su gran caminar,
Pierde algo pequeño, que no solemos valorar.
Y en la ausencia mínima, un abismo se abre,
Donde todo lo grande, se vuelve lo más grave.
Reflexiona en la pérdida, en lo que se ha ido,
Lo pequeño sostiene lo que hemos vivido.
Sin esas menudencias que solemos ignorar,
Nuestro mundo colapsa, y deja de girar.
Valoremos lo simple, lo que suele pasar,
Desapercibido, sin mucho qué dar.
Porque si no apreciamos lo pequeño en verdad,
Lo grande, lo inmenso, no nos dará felicidad.
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Autor:
El Corbán (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 9 de septiembre de 2024 a las 11:31
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: ElidethAbreu, Antonio Pais, Santiago AlboHerna, CARLOS ARMIJO R...✒️, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios2
Volver a la simpleza es lo esencial.
Gracias amigo Leo.
Abrazos
Así es mi amiga, que bueno que te gustó, saludos... mi nombre es Miguel 😉
cierto doctor, es así, gracias
Gracias mi amigo, saludos.
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