El agua resbalaba por mi piel,
mientras tendía mi mano para protegerla.
El agua empapaba mi cuerpo,
mientras mi susurro hacía temblar,
los pétalos de su alma,
sobrecogida de asombro.
Éramos dos amantes,
cubriéndonos de fragancias,
sobre las flores deshojadas
bajo las gotas cristalinas,
que bautizan los cuerpos,
en el placer infinito,
de la piel desnuda y mojada.
Y humedecidos nuestros asombros,
la voluptuosidad de los cuerpos,
se convierte en tenues sombras,
en medio del silencio de las gotas,
que ponen en nuestras bocas,
el placer infinito de un beso.
- Autor: Jose Barrientos (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de septiembre de 2024 a las 10:43
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Lualpri, Antonio Pais, CARLOS ARMIJO R...✒️, Pilar Luna, Gonzalo Márquez Pedregal, El Hombre de la Rosa, racsonando, Sergio Alejandro Cortéz
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.