Te guardo

Te tengo guardado, escondido, como un secreto vulgar que nunca puede ser hallado. Te guardo con aprecio, con el debido cuidado con que se esconde un tesoro y con la nostalgia que se merece el primer amor, ese que aparece de repente y te llena de marcas, algunas grandes, otras pequeñas, pero todas permanentes.

Te guardé en una cajita, arrinconado con el dije de aquella cadenita que me obsequiaste, ese sol plateado que sin cadenita se quedó, ese que está acompañado por un yesquero rojo tan vacío que ni llamas suelta y por la carta que me diste, la primera, la última, la única, esa que me dedica una canción y me dice cuanto me amas, esa que posee una promesa, una que nunca será cumplida. Así te guardo, rodeado de cosas valiosas de las que ya no me puedo deshacer, como tu recuerdo.