Ustedes son mis testigos —afirma Jehová—, sí, mi siervo, a quien he elegido (Is. 43:10).

Yeshuapoemario

 

En el vasto tapiz de la fe, cada hilo cuenta la historia de una prueba, un desafío, una victoria. Como Job, enfrentamos tormentas, ríos que amenazan con arrastrarnos, fuegos que prometen consumirnos. Pero en cada prueba, hay una lección, un destello de verdad que nos muestra quiénes somos y quiénes podemos ser. En la humildad de Job encontramos la grandeza, en su paciencia, una fortaleza inquebrantable. Cada paso a través del agua, cada llama que esquivamos, es un testimonio de nuestra resiliencia, de nuestra fe inmutable.

 

Como los ríos fluyen hacia el mar, así fluyen nuestras vidas hacia la eternidad, llevando con ellas las historias de nuestras pruebas y triunfos. Y aunque el mundo a menudo rechaza el mensaje que llevamos, nuestro valor no se mide por la aceptación de los demás, sino por la sinceridad de nuestro compromiso. Jehová, el observador silencioso de cada corazón, conoce la profundidad de nuestro amor y la sinceridad de nuestra devoción.

 

Porque en cada desafío, en cada obstáculo, hay una oportunidad para crecer, para fortalecer nuestra fe y confirmar nuestro propósito. Y así, como Job, podemos surgir de nuestras pruebas con una comprensión más profunda, con un espíritu más humilde, listos para recibir las bendiciones prometidas a aquellos que perseveran. Porque cada prueba es una pregunta, y nuestra fe, la respuesta que resuena a través de los cielos, declarando: "Aunque pase por aguas profundas o camine a través de fuegos ardientes, mi espíritu no se doblegará, mi fe no vacilará".

 

Así, caminamos con la certeza de que no estamos solos, que cada paso que damos está guiado por una mano mayor. Y cuando el mundo nos pregunta por qué seguimos adelante, por qué persistimos a pesar de todo, nuestra respuesta es simple y firme: porque sabemos que al final del camino, más allá de las pruebas y las tribulaciones, nos espera una recompensa mayor que cualquier desafío que hayamos enfrentado: la promesa de paz, la promesa de salvación, la promesa de un amor eterno que nunca nos abandona.

 

  • Autor: Yeshuapoemario (Offline Offline)
  • Publicado: 11 de septiembre de 2024 a las 03:31
  • Comentario del autor sobre el poema: Ustedes son mis testigos —afirma Jehová—, sí, mi siervo, a quien he elegido (Is. 43:10). Jehová nos confirma su apoyo. Por ejemplo, justo antes de decir: “Ustedes son mis testigos”, él declaró: “Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo y, al atravesar los ríos, estos no te cubrirán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás y las llamas no te chamuscarán” (Is. 43:2). A veces, cuando predicamos, encontramos obstáculos que son como ríos y enfrentamos pruebas que son como fuego. Pero, con la ayuda de Jehová, seguimos predicando (Is. 41:13). La mayoría de la gente rechaza el mensaje. Tenemos presente que este rechazo no quiere decir que seamos malos testigos de Dios. Nos consuela y anima saber que Jehová está contento si seguimos declarando el mensaje fielmente. El apóstol Pablo dijo: “Cada persona recibirá su recompensa según su trabajo” (1 Cor. 3:8; 4:1, 2). w22.11 4 párrs. 5, 6
  • Categoría: Religioso
  • Lecturas: 15
  • Usuarios favoritos de este poema: Yeshuapoemario, Mauro Enrique Lopez Z.
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