¡Todo lo marchito arde en el valle de la locura!
bajo sus brazos, el llanto frío de una mirada afortunada
se fecunda en placeres ocultos y frenéticos y es
una cadena de humo, halagüeña del amor,
una copa que recoge la mácula sin lágrimas,
en el destino recíproco de un silencio circular.
¿Tu rumor níveo flota flotando a la deriva de la dolencia?;
las piedras rancias de esperanzas, desnudas saltan,
hunden sus horizontes y es una burbuja gris, apenas,
suspendida sobre los hombros de detalles balbucientes.
Una mezcla de crepúsculos y gaviotas alegres se ordena
para trazar la vida; y caen repetidamente, de repente,
¡se consumen en la Fuente Ovejuna, hasta ensombrecerse!
invocan el sordo presentimiento de interrogaciones tácitas.
Soplan blandamente el prado de los gemidos dorsales que,
exhalan letanías de seducción y de conjuros renovados
como en nuestras vidas que alaban y lloran voluntades
forjadas en el tiempo; y es como un crepúsculo de lavas fraternales
que reinventan historias elucubrativas, cruzando
las sombras lentas de bordes cincelados, por un Picasso en premonición.
- Autor: Ivette Mendoza Fajardo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de septiembre de 2024 a las 13:55
- Comentario del autor sobre el poema: Poema abstracto
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: ElidethAbreu, alicia perez hernandez, Santiago AlboHerna, Raül Bernadas, José Valverde Yuste, EmilianoDR, Mauro Enrique Lopez Z., Tito Rod, Sergio Alejandro Cortéz
Comentarios1
Muy bellas letras
Gracias
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