Y… me llamabas’, preguntó la blanca dama
Al asomarse del vehículo, estático, sin movimiento
Su brazo blanco, de un color que no existe en este mundo
Y busqué su rostro, ella se negó, estirando su largo cuello
Para que no viera su cara, y muriera en ese instante
Por el momento, no entendí nada, seguí mi camino
Por unas cuadras hacia la casa, hacía un frío de locos
Y al entrar a mi habitación y recordar aquello
Se me erizaron los vellos, sin duda alguna
Esa mujer era la blanca dama, que rondaba el hospital de zona
A dos cuadras de distancia, de dónde la vi
Y lo supe al día siguiente, cuando una llamada, me despertó
Anunciando la muerte de una tía lejana, que ni siquiera conocía
Porque no me llevaste, Blanca Dama?
¿Acaso, me desprecias por ser humano?
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Autor:
churrasco sabrozo (
Offline) - Publicado: 12 de septiembre de 2024 a las 20:35
- Comentario del autor sobre el poema: es una vivencia nadamás
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 60
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Augusto Fleid, María C., Mauro Enrique Lopez Z., JoseAn100, Sergio Alejandro Cortéz
Offline)
Comentarios1
Yo he visto esa DAMA no era blanca era oscura como un pozo sin fondo, y sin ojos, esperando meterse en los ojos de su víctima y eso hizo, yo lo vi.
SALUDOS
poetisa María, la que vi, era blanca desconocia que adoptaba diverasas formas... saludos...
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