Mi ventana

Mi ventana es bonita, no es ni demasiado grande, ni demasiado chica, 

por las mañanas permite que la luz del sol me acaricie el rostro, 

y por las noches, puedo observar en la obscuridad de mi cuarto como se aviva la ciudad, 

como si las luces se encendieran como flameantes llamas,

tengo esa preciosa vista ya casi un año y todos los días he apreciado algo en ella,

he visto mi silueta desnuda enfocada en las cortinas perpleja y desconcertada, 

permitiendo que la lamparita sobre la mesa brindara un espectáculo publico del cual no fui avisada, 

he visto el cuerpo bronceado de mi amado en pleno beso carnal iluminado por el sol, 

le he esperado en el filo de la misma para nuestros múltiples encuentros, 

he llorado, gritado y maldecido al cielo, pidiendo a la luna consuelo, 

he recorrido gemidos por las sabanas con vergüenza de mis vecinos, 

me he vestido para el sol y vuelto a vestir para la luna, 

he respirado el aire puro del campo, pero también he percibido el olor a quemado por la sequia, 

entonces, después de un año de sensaciones, 

una industria inmobiliaria viene a tapar mi vista, 

con la promesa ajena de construir 7 casas para que alguien allí viva, 

me he vuelto loca, insensata, irracional, 

porque no es solo el objeto inerte que claramente carece de vida,

es un portal para mis ojos que capturan recuerdos como cámara sin batería, 

¡que me importa el resto!, he trabajado por el panorama, 

busque el mejor lugar, lejos de las personas, 

solo para poder vivir, respirar y disfrutar de mi vista.