En la noche camina,
el peso de un castigo:
mi soledad cansina.
Un brillo en la distancia,
el corazón conmigo,
sosiega esta dolencia.
Las horas se deslizan,
como hojas en otoño,
de tristeza enfermiza.
Bajo un cielo azul frío,
lloran los brillos índigo
mi duelo y desvarío.
En la noche infinita,
la luna de testigo
a mi alma reconforta.
Un abrazo perdido,
ausencia de un amigo,
un desamor partido.
Que en esta mala rumba
el vacío es mi abrigo
y el silencio, mi tumba.
- Autor: Salva Carrion ( Offline)
- Publicado: 13 de septiembre de 2024 a las 05:46
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: Ma. Gloria Carreón Zapata., Antonio Martín, Antonio Pais, La Bruja Irreverente, alicia perez hernandez
Comentarios2
Bellos y nostálgicos versos estimado autor. Un gusto visitar su espacio, saludos cordiales.
Gloria, hola.
Gracias por leer.
Saludos cordiales
Cantando por soleares... Pocas he leído por aquí y me gusta que no se pierdan esas antiguas estrofas y cantes.
Alguna rima se ha quedado coja pero, en general, el estilo y el sentimiento (quejío) son estupendos... 🙂
Saludos!!
“Las horas se deslizan,
como hojas en otoño,
de tristeza enfermiza.”
Sí, me dejé este verso sin rimar (rima disonante, que no asonante). Me pareció una expresión lánguida adecuada.
Gracias por tu comentario siguiendo las reglas de la sana crítica. Se aprende de los errores, no de los halagos.
Como digo en mi perfil, no soy poeta y si un humilde aprendiz.
Saludos cordiales.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.