"Yo no soy hombre, soy dinamita". Nietzsche
El extracto de lejía es perfecto
para determinar la proyección del cosmos
hacia la zona donde todas las venas hallan su caudal.
Como cualquier servicio,
puedes manipularlo, poseerlo
limpiarlo, volverlo a ensuciar.
El esclarecedor ícono es perfecto
el correr de la trivia tan virtual como vital.
El sentir que las alternativas
son menos definitivas que el comodín
una suerte de progresivo pésame
prohibido, fruto, prohibido.
¡Ni lo intentes! Así, muy cerca para degustar tu derrota.
Los dientes se esmaltan en su música,
mordidas en alguna cadena o llave
tan virtual como infantil.
Y la sonata ha sonado correctamente,
falta la agonía que le permita existir.
Déjame ser empático y tomaré tu pulso,
desde hombros a piernas,
porque es perfecto el determinar
la zona donde hallan su caudal todas las venas.
En un abrir y cerrar de ojos, el sentido de la vida,
en una hipnosis barata, la mente duele de certeza.
Y es disonante describirlo,
el cómo tus conocimientos se retiran
cómo tus ideas
cómo tus voces
cómo tus bocas
cómo tus poemas
cómo tus estrofas
cómo tus versos
cómo tus grafías
cómo el papel
cómo la leña
cómo el árbol
cómo las raíces
cómo la tierra
cómo el planeta
cómo tus amigos
y cómo tus sueños,
en fin, se retiran de ti mismo...
Perfecto es saber que estás presente,
cada minuto, cada segundo
para elegir entre rojo y verde,
para elegir entre cosmos y caos,
para elegir entre nada y mundo.
Y en una hipnosis barata,
3... 2... 1
La mente hiede de certeza.
Hiede de certeza.
- Autor: Salvador Galindo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de septiembre de 2024 a las 11:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: La Bruja Irreverente, Tito Rod, alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.