Sintió un monolítico frío,
heredado de los fonemas,
gravados en todas sus letras,
por las aguas del río.
Las corrientes del delirio,
se escapaban por sus venas,
la dicha es la más dura de las penas,
imagen del amor y sus idilios…
Después de un momento, eres gardenia,
me dijo, –flor de un día –,
por mis ramas secas que se rompían,
tan absurdas nuestras manías.
Desperté de mi muerte, –siguió –,
al cobijo de la noche fría,
lapida indiferente,
reclamando la osadía.
Aquí te espero crepuscular, –repliqué –,
al escaso aire contumaz;
si perdonaras mi silencio una vez más,
sería un fragmento de alivio estelar.
Osciló la órbita de ese planeta,
con difuminada luminiscencia,
elucubración marchita y escueta,
fundiendo nuestra petrificada persistencia.
- Autor: Romina Delucetti (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de septiembre de 2024 a las 14:01
- Categoría: Gótico
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: La Bruja Irreverente, Santiago AlboHerna, Antonio Pais, EmilianoDR, Tito Rod, WandaAngel, alicia perez hernandez, Sergio Alejandro Cortéz
Comentarios1
Osciló la órbita de ese planeta,
con difuminada luminiscencia,
elucubración marchita y escueta,
fundiendo nuestra petrificada persistencia.“”Gran final de tu poema y gracias por compartirlo . Saludos y éxitos.
Emiliano, de verdad muchas gracias, me animas muchísimo a seguir escribiendo y mejorando!
De todo corazón, gracias
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