No te alcanzan
cinco minutos para endulzar la vida.
No te alcanzan
ni el té ni el pan ni la fantasía
para ver molinos de viento fabricando pan.
Te prohíben ver los platos,
la cultura culinaria es propiedad
de los testaferros de la cultura.
No te alcanza
para recrearte en los espacios libres,
no tienes la vida limpia ni la remera
ni dejan de verte como una mancha.
Estás en una sociedad que para matar
sin recargo ni reparo de conciencia
languidece la vista y la necedad engorda.
No te alcanza.
No podés jugar civilizadamente
porque no vivís con paz
ni con la ignorancia necesaria.
La tuya es otra ignorancia,
la que muestra los puños de tu padre
empuñando la justicia,
pulverizando la injusticia con los puños cerrados.
No te alcanza la vivienda recluida.
Podés vivir en regiones delimitadas
para no contaminar el olvido.
El olvido níveo y sereno en los videojuegos,
en la virtualidad de un shopping,
en las ofertas y las drogas.
No te alcanza
para saberte un pirata
que entra a las escuelas a sabotear.
Ingresa un ocupa.
No puedes verte en los espejos, en las filas.
No te alcanza el conocimiento
si no tomás por asalto las bibliotecas.
No te alcanzan los libros
aunque los esperes
con la misma emoción contenida
con que esperas un nuevo hermanito.
Los conocimientos tendrán una forma extranjera
con algunas palabras que te persiguen
por las calles como moscas
y no sabes lo que significan. Te visitan
y no sabes por qué zumban,
por qué sientes extrañeza
y te pone la piel de gallina
y qué guardan los zumbidos.
No te alcanzan.
No te alcanza la razón
cuando va perdiendo fieles.
No te alcanza la mirada para abarcar.
Para abrazar el infinito
No te alcanza la música para estremecerte
para conmoverte con el roce de la brisa.
No te alcanza la aventura para imitar a los héroes.
No te alcanza la vida para venerarla lo suficiente.
Tus héroes salieron de la misma esquina.
Tienes la oportunidad todos los días de bajar los brazos,
bajarlos definitivamente, sin vuelta atrás,
para que te alcance la saciedad partida del dinero.
A veces te alejas de ese imán
pero es la crueldad que te mancha y enrola
el empleo iba a llegar
conocés perfectamente la dirección
y las consecuencias.
Más allá de los ocho años
la vida pasó demasiado
y tienes que tomar decisiones precipitadas.
No te alcanza para el huracán que remueve el suelo.
No te alcanza la vida para comprar otra vida.
No te alcanza para el huracán
que remueva las heridas y el suelo.
No te alcanza el cuero para sembrar
ni la tierra para morir.
Todos reconocen esa encrucijada.
Esa prueba de fuego. El gatillo de tu mirada.
Galarza J. L. (Argentina: 2019)
Pintura "Niño pobre" de Virgilio Pellegrini.
- Autor: J.L.G. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de septiembre de 2024 a las 21:18
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: Jaime Correa, CARLOS ARMIJO R...✒️, La Bruja Irreverente, Ricky Arbenz, WandaAngel, albertoescribe, alicia perez hernandez, jvnavarro, Antonio Martín, Pilar Luna, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios6
Interesante poema
Gracias, saludos
Muy bueno.
Gracias.
Gracias.
Seres reprimidos hasta por si mismos como consecuencia de una sociedad que cierra los ojos y muchas puertas.
Me ha gustado.
Agradecido, saludos
Un poema lleno de imágenes que hacen pensar, así se escribe la buena poesía
Un saludo
Saludos amigo, me alegra que te haya gustado. Saludos
SALUDOS
José Luis, siempre genial, con ese toque especial que le das a tus escritos .
Me alegra saludarte.
Me alegra saludarte Antonio, un abrazo.
Es triste, dramático, un mundo que no avanza. Saludos.
Agradezco tus palabras. Saludos
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