No ha de volver

Jorge L Amarillo

Un silencio que irreverente me calma

como calma el viento al mismo mar,

mientras la pasión perdida en mi alma

seduce a mis pupilas al instante de llorar.

 

Un corazón herido que todo me reclama

en un tiempo que solo sabe avanzar,

mientras mis ojos solo miran la llama

que quema los leños allí en el hogar...

 

Una soledad que me resulta acogedora

mientras dentro de mí mi alma llora

lo que en un momento se supo perder.

 

Mi sangre que se mueve dentro del dolor

mi tristeza que se reconoce en el amor

y mi ilusión que sabe que ya no ha de volver.

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