Como la edad, el fruto y la catástrofe

Otxamba Quérrimo

DENTRO DE LA PRISIÓN DE LA MAÑANA,
entre las huellas de ayer, 
mientras el tiempo cierra su abanico 
con una lentitud de canción oxidada,
          una nostalgia huérfana, (5)
desde el fondo de un vértigo lamoso,
en sentido contrario al de la espera,
sin encontrar el punto de partida,
          turbadamente huye
hasta llegar al nido de la lluvia (10)
por el dique de bárbaros errores
donde meriendan muerte los borrachos
sobre la piedra, contra la nube.*

 

El miserere de los cocodrilos (2024)


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[*]Todo el poema (centón no. 3) es un mosaico de versos procedentes de otros autores, un escueto cadáver exquisito. A continuación, detallo la procedencia de cada uno de ellos… 

Título : «Muerte sin fin (II)» (1939), de José Gorostiza Alcalá |

Nº verso 

1 : «IV» [Yo te agradezco la intención, hermana…], de Miguel Hernández (Sonetos de «El silbo vulnerado», 1934)

2 : «A una mujer» [Tomo primero], de José Zorrilla (Poesías, 1837)

3 : «Piedra de sol», de Octavio Paz (Libertad bajo palabra, 1957)

4 : «Nochevieja (1940, 1970, 2000)», de Luis García Montero (La intimidad de la serpiente, 2003)

5 : «Nota a Emily Dickinson», de Aurora Luque (Camaradas de Ícaro, 2003)

6 : «Canto de guerra de las cosas» (1943), de Joaquín Pasos

7 : «Desencuentro», de José Manuel Caballero Bonald (Poesía amatoria, 1999)

8 : «Canto destruido» [Poemas no coleccionados: 1922-1976], de Carlos Pellicer (Obras: poesía, 1981, antología póstuma)

9 : «Égloga», de Luis Cernuda (Égloga, elegía, oda, 1927-28)

10 : «II - Quiero volver al sur (1941)» [Canto VII - Canto general de Chile], de Pablo Neruda (Canto General, 1950)

11 : «Cantad, hermosas» (1845), de Carolina Coronado

12 : «Vaca» [V - En la cabaña del Farmer (Campo de Newburg)], de Federico García Lorca (Poeta en Nueva York, 1929-30)

13 : «Epilogo (Poemas para un cuerpo)», de Luis Cernuda (Desolación de la quimera, 1956-62)

  • Autor: Otxamba Quérrimo (Offline Offline)
  • Publicado: 15 de septiembre de 2024 a las 12:04
  • Comentario del autor sobre el poema: El miserere de los cocodrilos es un sucinto bestiario de la imaginación, nueve poéticas incursiones que son, ante todo, mosaicos de literatura en español, teselas de versos de otros autores, cadáveres exquisitos, puzzles, cada uno de los cuales, patrimonio de la historia de nuestra mejor poesía: contienen más de 450 versos de más de 150 poetas. Quizás más apropiado sea el nombre de «collage», «pastiche», «rapsodia», «remix», «ensalada», «medley», «florilegio», «centón»… Pero me gusta ése: cadáver exquisito. Con sus matices, con sus variantes, el procedimiento es el mismo: crear a partir de lo ya creado, construir algo a partir de trozos y residuos de la tradición, o de la actualidad, reciclándolos, desmembrándolos, recomponiéndolos a nuestro gusto. Un solo mecanismo: el corta y pega. Y, como resultado, nuestro exquisito cadáver, es decir, una obra «continua a partir de lo inconexo; completa a partir de lo diverso; nuestra a partir de lo ajeno». En un rompecabezas así no son los fragmentos, la intertextualidad, no es desembuchar citas lo importante. Lo importante es la forma, la composición final; no las fuentes en sí, sino cómo, a través de ellas, se expresa algo familiar pero contradictoriamente nuevo. Ésa es la pretensión de este peculiar miserere de cocodrilos: conjugar el pasado con la admiración, sus imágenes con mi música, hasta que, en nuestras manos, como palpitando, queden, algo apretujadas, nueve «rosas artificiales que huelan a primavera».
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 17
  • Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, La raiz que no se seca, Raül Bernadas, Mauro Enrique Lopez Z.
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