Novela Corta: La Resiliencia
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez Sánchez
Seudónimo: EMYZAG
Comenzada: 13 - 15 de septiembre de 2024…
Publicada: 15 de septiembre de 2024…
Terminada: 15 de septiembre de 2024…
Editada: 15 de septiembre de 2024…
Mi #33 de novelas cortas en el año 2024…
Mi #188 de novelas cortas hasta el año 2024…
7056 Palabras 10 Páginas
~ * ~Sinopsis:
~ * ~Amarette en una violación una tarde de ocaso en el mes de abril se da a la resiliencia cuando su mundo no cambia totalmente…
Sucesos:
- Amarette es violada por un hombre en la tarde en un zaguán solitario…
- Amarette no puede lidiar con tal violación en su vida…
- Amarette va en busca de apaciguar su dolor…
- Amarette desea servir a las monjas del convento, pero, alguien la detiene…
- Amarette no sabe quién es, pero, no le sigue el juego…
- Amarette se da a la resiliencia de su autónoma vida…
- Amarette se dedica en cuerpo y alma a hacer de su vida una mejor…
- Amarette quiere saber quién es la persona que la ama y le escribe a escondidas cartas en el convento…
- A Amarette recibe la visita de alguien y le confiesa ése hombre todo, que fue él quién la violó una tarde y le pide perdón…
- Amarette toma el abrecartas del escritorio donde guardaba las cartas y lo mata…
Amarette labora como empleada de una panadería en las afueras del pueblito de Quiztepel. Quiztepel es un pueblito friolento y cálido en verano, es un pueblito donde todo el mundo se conoce y son tan familiares como las familias que viven en el pueblito de Quiztepel. Amarette va de camino a su empleo a laborar como todos los días como secretaria de la panadería, pero, ésta vez, la vida, el destino y el camino frío se entrelazan para dar forma a un mal y cruel evento: una violación a Amarette. El jefe de Amarette quiere y desea una información de su negocio de panadería cerca y del otro lado del zaguán. Amarette comienza a dar excusas para no ir por ese zaguán, en el cual, se cuentan tantas leyendas como fastuosas y terribles violaciones. El jefe encarecidamente a Amarette le pide de favor que vaya a buscar la información en el departamento del negociado de panaderos y es una información vital del negocio. Amarette se niega una y otra vez, pero, el alma de la jovencita va cediendo un poco hasta que lo acepta. Ya se hace tarde, pues, por tomar la decisión ella, se hace más tarde de lo acostumbrado. Es el ocaso del atardecer más hermoso de todos los tiempos con un sol a cuestas en el mismo cielo por donde Amarette va de camino y se enfrasca la idea de que algo malo está por suceder u ocurrir. Amarette aprieta el paso, pero, el paso a paso a pasito se coloca en el camino pedregoso más lento y más difícil. Amarette va de rumbo con una dirección fija y es hacia el departamento de negociado de panaderos del pueblito de Quiztepel. Ya casi va de rumbo a cruzar el zaguán más oscuro, más extenso y más solitario de todos los caminos. Amarette va de camino y entra por la puerta del zaguán, una puerta recia y reacia en abrir y cruje como la leña y espanta a todos por igual cuando se abre la puerta para entrar por el zaguán. Amarette va de camino por la mitad del zaguán y nota que el camino tiene unas piedritas más grandes de las normales, no les hace caso y continúa su camino. Es la tarde con el ocaso a cuestas del cálido sol del mes de abril y es una tarde fabulosa, de cristal, de translúcida luz en el cielo más majestuoso de todas las tardes. Amarette va de rumbo por el zaguán y no se pierde ni pie y pisa con pasos firmes ya casi llega al otro lado hasta que nota los pasos de un hombre por ese zaguán solitario. Amarette cree y piensa lo peor para su vida y su corazón con latidos fuertes cae en redención y un hombre la toma por el cabello, la estruja contra el cuerpo de él forzando a la muchacha a un maldito sexo, y fue la violación para Amartte más terrible, más desolada y más ineficaz de todos los tiempos, ése hombre la hizo mujer y un hilo de sangre salió por entre las piernas de la jovencita y la jovecnita quedó abandonada e incierta y muy traumada por ese insospechado evento en el zaguán donde se dicen muchas leyendas y que ella con su voz entrecortada lo evidencia que todo es la pura verdad. Amarette tomó sus dos o tres cosas regadas por el suelo y siguió camino y zaguán abajo hasta llegar al departamento de negociado de panaderos y Amarette con lágrimas en sus ojos, camisa y vestido sucios por todo lo sucedido les expreso a los que se hallaban allí el mal sucedido. En el departamento del negociado de panaderos llaman a la policía del pueblo de Quiztepel y hacen la querella de una violación, pero, eso queda ahí porque en realidad no se sabe quién fue el agresor y violador para Amarette. En el departamento de negociado de panaderos le expresan a Amarette que había otro camino y más corto es un atajo para llegar al departamento del negociado de panaderos y que a la próxima tome ese atajo. La jovencita sin palabras y con un dolor entre sus piernas se va a su hogar después del mal sucedido y del mal ocurrido. Amarette baña todo su cuerpo estrujando contra su piel el paño de enjabonarse el cuerpo y la piel, y se quita todo aquello que se llama pudrición y deseos de ése mal hombre que le violentó a su cuerpo. Amarette se acuesta en su cama y llora lo que llora una mujer: una terrible violación. Los ojos de Amarette quedan desiertos y tan fríos como el viento gélido de esa noche fría a expensas del mal tiempo lloviendo torrencialmente como si fueran las gotas de lluvia las lágrimas de Amarette en esa noche con lluvia.
Amarette en su hogar después de esa triste violación se da a la tarea en dejar y abandonar el puesto de secretaria en la panadería. El dolor tan fuerte que siente Amarette en su alma la lleva a sentir la pena más fuerte que una mujer puede sentir en su alma y es una triste y forzosa violación, por la cual, Amarette le sucede en el zaguán solitario. Amarette ama a su vida, por lo tanto, el suicidio no está en su mente, pero, se siente tan mal, adolorida, herida, mancillada y desdichada y con llanto en sus ojos está echada en la cama de su hogar y no desea ni salir. La vida de Amarette se torna intrínseca, abatida, adolorida y muy herida. Amarette llora consecutivamente y no detiene sus lágrimas ni por pena ni dolor cuando sollozante llora la pena de un trauma sin poder obtener la resiliencia en su vida. La mente de Amarette llora inconscientemente y naufraga por los mares perdidos de la soledad. La mente de Amarette camina, pernocta y es tan penitente que sólo en la soledad ella sabe quién es. La vida de Amarette queda sin destino, sin camino, sin acierto ni éxito ni fracaso sino que ella piensa sólo en su amargo dolor que es como la hiel destrozando el alma como pedacitos de escarcha en un sentimiento de llanto que no cesa. La vida de Amarette no calma en redención a su cruel destino cuando en el alma y en el comienzo de su dolor se aferró al mal desconcierto en caer rendida y sin poder levantarse de la cama donde llora amargamente su dolor y su pena de una triste y terrible violación. El trauma para Amarette es un dolor sin ser apaciguado y con el tormento en su mente se tira nuevamente en la cama a llorar su dolor y su pena. Amarette no calma en la mala situación una crueldad de su destino, y más de su camino sin acierto, ni éxito ni fiasco vivido, cuando la desgracia atormenta más y ser la mujer desdichada es como una fría tempestad. La vida para Amarette se torna intrínseca, abatida y adolorida y con un dolor muy fuerte desde su alma hasta su pobre y débil corazón. Amarette llora y llora y solloza penitentemente en la amarga espera por esperar a que el mundo calme en redención la locura y la tortura que lleva Amarette en su corta existencia como una mujer ya en desdicha autónoma de creer que su vida no cambiará jamás en ser una mejor. Amarette se debe a que el instante de creer en el combate en dar la primera estocada de su muerte en vida, porque ella cree, que está muerta en vida desde que le ocurrió una violación forzada y de carácter muy doloroso. El trauma para Amarette es un dolor inconsecuente, muy doloroso y en desdicha va hacia la tormenta más vil y con una fría tempestad no borra ni es imborrable el mal sucedido. Amarette y el trauma se desviven en un intransigente momento cuando transcurre y ocurre el mal tiempo como sosegado es el corazón y sollozante sus ojos quedan a la intemperie de unas gotas de lluvia en una fría tempestad. Amarette y su dolor se aferra a la idea de morir sin poder suicidar a su corazón y perdiendo toda razón se convierte en ser un guiñapo de la vida automatizando su dolor, su pena y más que todo la cruel herida. Amarette comienza a difuminar su vida dejando el llanto por un trauma inconsciente que poco a poco y de poquito se va llevando la vida de Amarette hacia una muerte segura. La muchacha, aunque, no desea morir se encierra toda su alma y todo su corazón en un sólo dolor y es haberle ocurrido una terrible y cruel violación. Amarette comienza con su dolor intransigente que no apacigua ni observa que llega a desaparecer desde su bendita alma, pero, si , con el maldito recuerdo sin poder olvidar una cruel y terrible violación en aquel zaguán solitario. Amarette comienza a difuminar su dolor, se acostumbra al llanto y sin desear vivir se halla la muchacha.
Amarette comienza a revivir y apaciguar su dolor con todo el llanto ya derramado. Amarette comienza a sentir que la fuerza es débil y que la debilidad es fuerza cuando se torna exasperada el alma y, así, comienza todo. La vida comienza a desfallecer cuando la vida para Amarette comienza a revivir porque la vida continúa. Amarette comienza a despilfarrar el llanto, a sosegar la pena y el dolor, a disipar y mitigar la desdicha cuando trata de borrar de su mente sin poder olvidar lo sucedido. La muchacha que queda a la intemperie del dolor es indeleble su dolor, su pena y sin extrañar su vida anterior no puede, aunque, quiera mitigar el dolor y superar la pena, pero, el dolor es más fuerte por una terrible y cruel violación que la felicidad que le pudiera embargar en un momento u otro por disipar y mitigar esa cruel violación. Amarette comienza a discernir, a derruir, a desafiar la vida por apaciguar y mitigar el dolor, pero, sólo, se aferra al instinto en la amarga soledad de su propia vida y de su existencia. Amarette va en busca de un silencio, de un sabio momento y de un instante en que se debate la espera inesperada de un sólo deseo en hacer y realizar una vindicta, pero, no, nunca ella piensa en la venganza. Amarette comienza a dirruir y a dilucidar el insistente corazón en una sola amargura como la tortura de entrever la razón y la cordura como en la insistente alma. Amarette comienza a dilucidar que su dolor es un dolor sin apaciguar la calma ni en la pobre locura en desesperación por esa triste violación, por la cual, se desvive de dolor Amarette. Amarette en esa fría habitación donde guarda sus más indelebles recuerdos se aferra y se aterra al frío desconcierto de ver al cielo de gris tormenta cuando sus recuerdos van, vienen y no dejan vivir a la muchacha. La esencia de Amarette converge y transita que sus recuerdos la van llevando hacia un parco destino cuando la venganza no es primordial para ella en éste momento. El dolor para la muchacha llamada Amarette se convierte en un dolor con pena y sin más salvación que el mismo recuerdo. El pecado de la joven se convierte en la fría tentación para las leyendas otorgadas en ese zaguán solitario y lleno de soledad donde se han cometido violaciones. La muchacha que está dolida, herida e intransigentemente desea gritar a alta voz lo ocurrido y el mal sucedido con ella para que a otras mujeres no les suceda lo mismo. Amarette se levanta de su lecho donde ha dejado dolores, entrañas rojizas del aquel atardecer en el mes de abril, penas y la vergüenza ajena y un llanto que jamás podrá olvidar ni borrar de su mente. Cuando en el afán la vida de Amarette en el vicio hábil de una leyenda que recorrió por todo el pueblo cuando ella quiso hablar de lo ocurrido y de los hechos que sublevan la ira, la impotencia y la desdicha en camisas ajenas porque en realidad no se sabe quién es el gran violador en ese zaguán solitario, por el cual, muchas mujeres han caído en ser violadas y que en ese callejón violan a las mujeres que se atreven a cruzar. Amarette se convierte en la voz universal del grito a voces abiertas despertando entre sí conmoción, dolores, fuerza e ímpetu en salir airosa en el evento que se organiza para poder demostrar que en ese callejón hay y que existen muchas mujeres violadas y que hay que oprimir de la libertad a ese canalla que viola en el zaguán en el pueblo de Quiztepel. En el pueblo de Quiztepel la voz de alerta, el vocero y el grito a voz abierta lo posee y lo organiza Amarette cuando desde su lecho sollozante se ha levantado esa mujer a gritar, a vociferar, y dar alertas de que en ese zaguán hay y existe un hombre quién las violenta. Amarette sin desear de la amiga de la opresión en que se vive en el pueblo de Quiztepel. La vida se aferra y se aterra al miedo inconsciente, a la idea de poner en riesgo a la vida, porque en realidad nadie ha podido dar voz de alerta y si ése hombre se entera y toma represalias con Amarette qué se haría ella.
Amarette da voz de alerta en el pueblo de Quiztepel, cerca de ese oscuro, tenebroso y solitario zaguán, en el cual, ella perdió su virginidad, su trabajo y su esencia de mujer por el dolor, por el llanto y por la vergüenza ajena por haber sido violada por un hombre, el cual, no se sabe identidad alguna. Mientras que Amarette con resiliencia autónoma de su propia vida y de su existencia cree que el trauma es pasajero y que su vida cambiará a mejorar la terrible situación que ha pasado Amarette. La joven llega con sus gritos al convento Las Marías de Quiztepel. Y una monja la toma por el brazo y le expresa su sentir con respecto a lo sucedido para con ella en ese zaguán oscuro y tenebroso. Además, una de las monjas le expresa que en el suburbio automatizado de la exaspera inesperada desea que Amarette se convierta en aliento, voz, y alerta y vocero en vociferar todo y que ellas las monjas la ayudarán. Amarette llega la convento, al otro día, y de ahí en adelante es historia, ella desea ser monja desde que llegó al convento porque su vida está mancillada, desdichada y sin ser impoluta va de rumbo hacia el cruel destino en querer ser una monja del convento Las Marías de Quiztepel. Amarette se prepara con todo megáfono, bocina y carteles para realizar la vindicta más inminente de dar alertas sobre ese zaguán donde son violadas las mujeres. Amarette, sí que lo pudo realizar y despertó el interés de todas las mujeres y de todas las jóvenes y hasta que la policía no podía más con la voz alta, tenaz y aguda de una mujer violada en ese zaguán hasta que lo cierran con una puerta de cemento y con un cartel que decía ¨Por Aquí no se Puede Pasar¨. Y la policía hace el menor de los casos con la jovencita que se tiró en cuerpo y alma a vociferar lo sucedido y lo que le pasó en ese zaguán oscuro, tenebroso y solitario para que otras mujeres dejen de pasar por el zaguán. Amarette ha ganado una batalla, pero, con su vindicta aún no ha ganado la guerra. La vida de Amarette logró vociferar y ser el vocero de todas esas voces ocultas y oscuras y de un temor inherente de quedar calladas ante una violación y sin saber quién fue en realidad el agresor. Amarette va de camino al convento a hacer y a realizar el primer novicio entre las mojas Las Marías de Quiztepel. Amarette con túnica o hábito de monja con escapulario por delante para cubrir los hombros y con rosario en mano va directo a entregar su vida a Dios. Amarette va dirigida y tan directa a entregar su vida como una jovencita linda y tan hermosa como la rosa prendida en el jardín del corazón de cualquier semejante. Amarette va en busca de una paz espiritual, de un comienzo innato y de una vida en envergadura hasta hacer de la vida una mejor cambiando de colores de luto y de negro a colores que resalten la paz, la vida y el amor que un día dejó atrás cuando fue brutalmente violada en el zaguán en Quiztepel. Amarette va directamente a entregar cuerpo y alma, espíritu y paz y en ser consagrada a Dios. En la tarde de abril, después de un año de todo lo sucedido, Amarette se dirige hacia la entrada para hacer el novicio de monjas y entregar toda su vida a Dios, pero, la detiene un hombre, no se sabe quién fue, sólo se sabe una cosa, que Amarette perdió el tiempo conversando con ése hombre y perdió todo el día y no pudo realizar el novicio para consagrar su vida a Dios. Éste hombre la detiene en la puerta casi entrando por la puerta al cruzar para dejar vida civil por toda vida consagrada a Dios. Y éste hombre le hace entrega de una carta de amor a Amarette, pero, ¿de quién es la carta?... Amarette va enseguida a su habitación en el convento Las Marías de Quiztepel y abre la carta y la lee en voz alta, ella se espanta e indaga ¿quién es éste hombre que me escribe ésta carta tan hermosa? Y desde ahí en adelante recibía otras cartas de igual envergadura y de amor en el convento Las Marías en Quiztepel.
Amarette se enamora de las letras y palabras que escribe éste caballero en las cartas enviadas a Amarette al convento Las Marías en Quiztepel. Amarette recibe de éste hombre las cartas más bonitas y pasionales de un hombre enamorado. Amarette se desvive por recibir esas cartas que en vez de atormentar el alma con esa cruel violación le hacen revivir el corazón lleno de un amor desconocido. Amarette se convierte en una razón poderosa en saber discernir la verdad y que es tan impoluta como el mismo cielo y es que las cartas le han hecho revivir al corazón y al alma después de una cruel y terrible violación, ya casi ni recuerda al susodicho y al hecho de que su cuerpo fue violentado y por la más terrible violación en un zaguán solitario, abandonado y en un muy mal estado. Y no se detiene la vida ni la esencia de creer en el mal momento en que Amarette fue violada a la fuerza por un hombre desconocido. Las cartas a Amarette comienzan a despilfarrar ansiedad, amor y pasión por conocer al remitente de dichas cartas cuando la destinataria era ella Amarette, sí, en el convento Las Marías en el pueblo de Quiztepel. La vida de Amarette se convierte en un trance perfecto y tratando de olvidar el mal sucedido todo se convierte en un mal evento sucedido de su corta existencia cuando en el embargo de su corazón se atreve a desafiar lo que comienza en discernir y más en el alma apuntado a lo ineficaz de un sólo tormento que han llegado esas cartas para el bien del alma y del corazón de Amarette. Las cartas en el convento Las Marías de Quiztepel, las recibe Amarette en el trance de la única verdad que su mundo es real como el embate de creer en el alma de Amarette en un débil trance y en un perfecto camino, el cual, se siente como un desafío inerte el leer cartas de amor y más después de una cruel violación. Porque a la verdad en el trance perfecto y de la incierta verdad se debe a que el destino se aferra a la mala idea de creer que es un impostor o un mal amor, por el cual, se aferra al delirio frío de envenenar al corazón de una muchacha recién violada en un mal momento. Amarette cree que en el suburbio de su pobre corazón se siente como el suave rencor y el odio de una desventura por una terrible violación cuando Amarette trata de olvidar el mal momento, pero, con las cartas de amor que ella recibe. Amarette queda introvertida cuando su mundo se enreda en el cometa más real de todos los tiempos y es recibir esas cartas, por las cuales, ella ama abstractamente. Amarette en el pueblo de Quiztepel se aferra a la mala idea que esas cartas no son para ella, hablan de amor, pasión y vehemencia, pero, ella cree que las cartas no son para ella porque hablan muy bonito y la expresión es de amor, pero, la destinataria es ella, Amarette. Amarette cree que su mundo es pequeño como esas cartas de amor, pero, en el trance perfecto cree que su mundo no es igual porque en las cartas habla de un amor pasional por converger en el corazón todo el amor. Amarette trata de no seguirle el juego, pero, aún así, lee las cartas que están destinadas para ella. La vida de Amarette queda a la deriva sin saber si son o no para ella las cartas, pero, ella ante la encrucijada se convierte en un sin saber si son o no para ella las cartas. La vida de Amarette comienza en discernir y dilucidar que esas cartas son dirigidas a ella porque la destinataria es Amarette. Todas las tardes cuando llega el ocaso Amarette lee una carta que llega desde el correo y a ella le encanta porque olvida todo lo sucedido en aquella tarde del mes de abril cuando ocurría el ocaso. La vida para Amarette comienza a fraguar y en numen inventivo lo que transcurre con esas cartas que le llegan a Amarette. Y en el transcurso del tiempo sólo Amarette se convierte en una lectora de cartas de amor cuando de repente recuerda todo el mal momento de su vida y comienza a sollozar en silencio.
Amarette comienza a recordar la violencia que le ocurrió en ese zaguán solitario y solloza clandestinamente y llora bajito sin que nadie sospeche o desee en ayudar. La vida para Amarette se siente como un gran deseo clandestino sollozando bajito y llorando amargamente dejando caer lágrimas acérrimas y tan ubérrimas que tan sólo el dolor es de la muchacha. La jovencita se declara totalmente desierta como un frío desierto desolado. Amarette en la soledad llora amargamente con lágrimas de hiel sobre la boca y sus labios secos aceptan las lágrimas. Amarette con fuerte voz clama que vivirá por siempre, que será fuerte y que el deseo de vivir la tiene en el cielo, es la resiliencia que acaba de llegar y que no finiquitará hasta terminar y hallar a ése hombre que le violentó el cuerpo y hacerle pagar por el daño ocurrido. Amarette define que la resiliencia es autónoma, es eficaz, es fuerte como el tormento y que su vida será como en todo venidero momento y quedará feliz con lo que Dios le depara en su camino. La muchacha se consagra ante Dios y ésta vez será verdad porque la primera vez alguien le detiene el camino a consagrar su vida ante Dios. La vida para Amarette se convierte en un trance de un pasaje divertido, feliz, llena de un Dios que la quiere y que ella acaba de conocer. La resiliencia para Amarette se convierte en fuerza, de voluntad y sin llanto alguno con la dureza del alma sin calmar la exasperación que lleva por dentro y en su corazón. Amarette comienza a sentir la fuerza de todo un Dios en su poder dentro de ella y perfila que su razón se convierte en fuerza, de voluntad y tan fuerte como el mismo dolor. Amarette comienza a desenfrenar el alma en un comienzo de vindicta inminente cuando sólo piensa en su felicidad y no en su desgracia y como mujer comienza a sentirse como la consagrada de Dios. La vida y la felicidad está en la resiliencia de Amarette y en el pueblo de Quiztepel, aunque, le dio un mal tormento era feliz en ese pueblo sin dilucidar que algún día lo abandonará para marcharse a otro lugar. La vida comienza a despilfarrar la gran suerte en querer sostener la vida y la gran compasión en querer ser feliz para siempre, pero, algo la detiene como si fueran las cartas de amor que recibe en nombre del amor. Las cartas que recibe Amarette se convierte en ilusión, en aliciente de vida cuando las cartas de amor las lee Amarette y se convierte, se concentra en un tiempo en que a la verdad se percibe en un mal desaliento cuando esas cartas tiene mal espina para Amarette. La vida comienza a desfallecer y a irrumpir entre el deseo de saber que el destino comienza a decaer cuando en el alma de Amarette lee las cartas de amor sin apenas sospechar que el destino es otro. Amarette comienza la resiliencia de su vida con poder, fuerza y voluntad cuando en el tiempo y más en la pena y en el dolor se aferra en tratar de olvidar. Amarette y la resiliencia se debe a que la muchacha es fuerte y sigue transitoriamente su vida tanto física como psicológicamente hacia su propio destino y su camino lleno de fortalezas dadas. La fuerza para Amarette es ofrecida tanto por el recelo de vida y como la fuerza que posee ella con esas cartas de amor y de pasión que ella recibe. Las cartas que ella recibe es por el dolor de amar y ser amada cuando en el embate de dar una sola verdad Amarette desea cumplir con la razón en ser la mujer más fuerte y con fortalezas más que todo el mundo. Amarette comienza en la faena del día en el convento Las Marías en el pueblo de Quiztepel cuando a la verdad que el recelo de la verdad se debe de insistir en el coraje del corazón cuando en el alma da la luz que comienza a relucir en el tiempo, en la vida y más en el amor por esas cartas de amor que Amarette recibe en el convento Las Marías en el pueblo de Quiztepel. La resiliencia para Amarette comenzó con la faena en el día en el convento Las Marías en el Quiztepel.
Amarette se aferra al deseo de tener y de poseer la mejor de las vidas. Amarette comienza a desear ser feliz y sí que es feliz en ese convento que la acogió cuando más lo necesitó en su vida violada y violentada por un hombre en ese zaguán solitario y oscuro y en total soledad. A la verdad que Amarette se aferra a la idea de que en el transcurso de su corta existencia y a la verdad se aferra a la resiliencia autónoma en saber discernir del trauma, del dolor, de la pena y del sufrimiento por esa triste violación. Amarette se siente triste y conmísera en la vida cuando a la verdad se aterra el deseo de supervivencia y de un amor en felices tiempos cuando en el convento Amarette recibe esas cartas de amor y tan pasionales como el mismo amor que ella desea en ser como el tiempo. Amarette se encarga de la felicidad en cada faena que realiza en el convento Las Marías en Quiztepel. La vida de Amarette se convierte y transige en hallar y encontrar lo que más encrudece en su corta vida y es entregar la vida consagrada a Dios. Amarette se dedica en ser como la faena de ese convento y trata en ser feliz como el tormento y como la fría tempestad que pasó Amarette con esa triste violación tratando de olvidar ese peor evento que sucedió en un tiempo de su vida y de su corta existencia. Amarette se dedica en cuerpo y alma a ser feliz en ese convento, pero, las cartas de amor se encierra en el temor de ser un amor impostor o peor aún que esas cartas no son dirigidas hacia ella. Amarette se ve en la encrucijada en querer ser feliz cuando en el alma y en el corazón de Amarette se siente que la resiliencia le ha sentado muy bien en su vida y en su bienestar. Amarette cree que su mundo se hace pequeño, pero, no, no es inmenso como el mismo cielo cuando en el tormento de su vivir se enalteció como aquel mal vivido de aquella cruel violación. Amarette se vio en la faena de un rico porvenir en la resiliencia autónoma de su vida y de su esencia. Amarette quiso ser feliz, ¿y lo logró?, pues, tal vez no, pero, en ratos fue feliz, sonrío y su resiliencia fue autónoma en poder creer que su mundo era feliz como ella lo quería así. Amarette fue feliz en el convento Las Marías en el pueblo de Quiztepel. Porque cuando a la verdad que Amarette se vio en la encrucijada y por un viento que le roza en la piel quedó como el tiempo, como el cuerpo y alma queriendo ser feliz, y como en el momento en que el deseo se convierte autónomo en poder creer en el alma dando luz e instinto. Amarette se convirtió sin un desenfreno autónomo en poder creer y en sentir la fuerza y las fortalezas crudas de una piel sin precedentes. Amarette se convierte en una mujer hecha y derecha con ilusiones y con fantasías, con amores y desamores, y Amarette prosigue leyendo las cartas de amor que les envía ése hombre en el convento y que le hacen tan feliz, aunque no tenga un remitente fijo y pueda saber quién es en realidad. La vida para Amarette se convierte en una razón para ver del cielo en ves de inalcanzable alcanzable y muy indeleble cuando la vida de Amarette y se siente como se presiente desde que el alma y en el corazón se atreven a desafiar el tormento eficaz en que fue una eterna violación, porque aunque la recuerda a veces no la puede olvidar. Amarette concierne en despilfarrar la vida en un santiamén cuando su vida queda en el tiempo y más en el combate de dar en un comienzo eficaz y es un frío tormento en ser feliz como la faena en que se entrega diariamente en el convento. Amarette se siente como se sabe que es la esencia autónoma de creer en el penitente de los más crueles momentos en que es feliz y más con esas cartas que ella recibe. Amarette describe a esas letras como un suburbio en el corazón demostrando que se puede amar logrando la pasión innata y dentro del mismo corazón.
Amarette se siente a que el principio se percibe como el recelo de la vida atrayendo a la única felicidad que comienza en discernir con la pura verdad. Amarette queda en un terrible desenlace cuando desea y quiere saber quién es el remitente de las cartas de amor que recibe ella. Amarette desea y siente que el remitente es un impostor porque aún no da cara para ella poder ser feliz antes de ser consagrada y novicia de Dios en el convento Las Marías en Quiztepel. La vida de Amarette comenzó desde que le intensifica dentro de su corazón poder saber quién es el remitente de esas cartas apasionadas que envía tan insistentemente todos los días. Amarette continúa con su grito de voz por todo el pueblo de Quiztepel anunciando y previniendo a todas las jóvenes que en el zaguán solitario y oscuro perecen las mujeres con una terrible y cruel violación y que no es leyenda lo que se expresa de ese zaguán. Las mujeres continúan con su voz de alerta, aunque, Amarette esté en el convento desea prevenir más y más a las mujeres y a las jóvenes que existe un mal común en ese zaguán. La vida de Amarette delibera en una tristeza en que todos los días llega de la calle a dar su grito de alerta a todas las mujeres lo que le sucedió a ella en ese zaguán. La vida de Amarette con resiliencia total, eficaz y muy indeleble en su alma queda abatida, adolorida y muy herida en el afán de ser casi una monja con dolor, con sufrimiento y con penas indelebles. La vida de Amarette se enaltece en vida, coraje, fuerza, fortaleza y en una eficaz resiliencia en su bendita vida y sólo recuerda el mal suceso de su cruel vida cuando la vida atormenta y es tan cruel que cada vez que desea olvidar le recuerda lo ocurrido con su cuerpo. La vida de Amarette queda a la vanguardia de esas cartas que guarda en el escritorio del convento Las Marías en Quiztepel cuando con abrecartas las puede abrir insistentemente para poder sentarse en la silla del escritorio y poder con calma leer hasta el final la carta. La vida para Amarette se convierte en un intransigente momento, por el cual, se atreve a intensificar la forma que el remitente escribe apasionadamente y eso a ella le agrada. Amarette insistentemente desea saber quién es el remitente de esas cartas amorosas y tan clandestinas que recibe destinatariamente y que ella bien recibe y las lee de principio a fin. Amarette desea que el remitente se aparezca, de cara y que de frente a lo que escribe en las cartas de amor que ella recibe. Amarette habla con la madre superiora del convento Las Marías en Quiztepel, converge y concierne que averiguará quién es el remitente cuando las cartas no tienen remitente solamente un destinatario y es Amarette. La vida de Amarette comienza en discernir, en derruir y en sentir que desea más saber quién es el remitente de esas cartas tan amorosas en que sólo el viento le trae el recuerdo en tratar de ser feliz. La vida para Amarette se convierte en un intransigente momento, por el cual, se deja llevar hacia la vida inexplicable y hacia la buena existencia de creer que en el alma y en el corazón se debate una gran sorpresa de creer que su mundo comienza a ser feliz. Las cartas para Amarette comienzan a despilfarrar amor en el corazón, bondad en el alma, pasión en el cuerpo y comienza a discernir la misma esperanza en querer ver al cielo alcanzable sin ser inalcanzable en el amor. La ilusión y la bondad para Amarette comienzan a llegar y a ser indeleble en el alma y más en el comienzo de un todo. Amarette quiere saber quién es el remitente insistentemente y va en busca de ése hombre que tiene tantas palabras bonitas y se expresa apasionadamente bien del amor puro e ingenuo y más del amor en el corazón. La vida de Amarette se convierte en ir y venir al correo de donde llegan y vienen esas cartas y Amarette se encuentra con ése hombre en el correo.
Amarette reconoce a ése hombre como el hombre apasionado de las cartas que ella recibe en el convento Las Marías en Quiztepel. La vida de Amarette se convierte en querer y sentir ser feliz porque encuentra al hombre de su vida, el que le escribe cartas de amor, apasionadas y con ilusión. Amarette desea insistentemente conocer a ése hombre en el correo, pero, ése hombre le niega todo, que no es él quién le escribe las cartas. Amarette siente una gran decepción porque ése hombre no es precisamente el hombre que le escribe las cartas de amor a Amarette. La vida para Amarette comienza a discernir y a derruir en un fiasco vivido, en un fracaso apasionado y en un altercado frío entre su alma y su corazón. La vida pende de un hilo para Amarette cuando su alma y su corazón saben una cosa y es que el destino fragua en numen inventivo lo que concierne y converge que la vida le traerá y conocerá al hombre quién escribe las cartas amorosas a Amarette. La vida comienza a despilfarrar momentos buenos y momentos malos cuando Amarette comienza a entrever y a enfrascar la idea de quién podrá ser ése hombre quién le escribe cartas apasionadas. Para Amarette ser la mujer sin remitente alguno de esas cartas la lleva al destino y al camino incoloro, insípido y muy indeleble. Amarette comienza a deliberar y a derruir lo que comenzó a fraguar una sola idea que su vida empieza a caer sobre esas cartas de amor cuando lo que más desea es saber quién las escribe y quién las envía. Amarette sentada frente al escritorio en el convento Las Marías en Quiztepel recibe la visita de un individuo y ésta persona se identifica como un recolector de caña del pueblo, es un hombre alto, de edad promedio, de tez trigueña, con ojos y cabellos de color castaños, desea hablar y se expresa delante de Amarette como un recolector de caña del pueblo de Quiztepel. El hombre que sabe que la muchacha fue violada por vociferar en todo el pueblo que fue violada en el zaguán dando voz alerta a las otras muchachas en el zaguán y él desea poder ayudar, pero, Amarette se niega y le expresa a ése hombre que se retire del escritorio y del convento Las Marías en Quiztepel. Para ése hombre no le sirve de nada el desprecio a la ayuda que le ofrece a Amarette en encontrar a ése hombre que le violentó el cuerpo. Ése hombre decidido, parco, con voz fuerte y no entrecortada le confiesa una verdad impoluta, una sensación, una sensibilidad, una certeza y una sola razón que él fue el hombre aquél quien la violó en el zaguán aquella tarde en el mes de abril cuando ocurre el ocaso. La voz del hombre aquél petrificó la espera inesperada y exasperada en creer que fue él quien violentó el cuerpo de la muchacha aquella tarde del ocaso en el mes de abril. Amarette quedó atónita, estupefacta e insípida cuando quiso saber quién le violentó el cuerpo y además de esa terrible confesión le confiesa que es él quien le escribe las cartas de amor a Amarette porque se enamoró de su fuerza, de ser capaz y con fortalezas enfrentar la vida con penas y dolores. El hombre seguía hablando y expresando toda su verdad mientras, que los ojos de Amarette llueven a lágrima viva por todo lo vivido, por la resiliencia y por todo el dolor y sufrimiento que ha padecido cuando a la verdad, esa impoluta verdad le cae en una terrible, vil y cruel decepción cuando el hombre le confiesa todo, toda su verdad y toda su certeza que fue a ella quien violentó en ese zaguán oscuro y solitario, a una mujer débil, enclenque y muy delicada que tiene las mismas características que tiene ella y como lo vociferó ante tanta gente, él comienza a escribirle cartas desde que sabe quién es ella realmente para él. Ése hombre le pide perdón a Amarette de rodillas y en cuclillas se nota el desprecio tan vil que Amarette siente y la vida presiente que algo malo puede suceder.
Amarette con ojos desafortunados, decepcionados y con un dolor inconsecuentes, no sabe cómo actuar ante un hombre vil, deshonesto y despreciable para Amarette. Amarette clandestina, con ojos del color del fuego, ardientemente y vehementemente con odio toma el abrecartas entre sus manos y venga todo aquello que fue vida, amor, inocencia, virginidad, honestidad, honradez y una virtud en el cielo. Amarette toma el abrecartas entre sus manos y venga todo aquello que se llamaba vida y tormento y una ineficaz vida cuando el dolor y el sufrimiento desvivió el alma hasta perecer en el cuerpo una sola verdad impoluta que fue violentada en una tarde del mes de abril cuando casi llegaba el ocaso. La voz de Amarette que a grito a voces y vociferando toda su vida y todo lo sucedido quedó en ese momento inmutado, decepcionado e indecoroso, el momento quedó callado, en silencio total y en un sabio instante y con sangre vengó todo aquello que se llama vida, dolor, sentido, fuerza y violencia. Amarette con ojos sollozos, pero, muy satisfechos en el alma y en el corazón vengó todo aquello que se llama vida, decepción, tiempo y perdición. Amarette en el convento Las Marías en el pueblito de Quiztepel, precisamente, en el escritorio del convento se halla la terrible y cruel escena de un hombre herido por punzante abrecartas derribando tormento, verdad, fuerza, voluntad y violencia. Amarette callada, pero, con la venganza hecha entre sus manos por un abrecartas letal matando en el acto al hombre violador que le violentó el cuerpo una tarde del mes de abril casi en el ocaso en aquel zaguán solitario y oscuro. Amarette quedó adolorida y abatida, con un dolor intransigente y con una sola verdad en que la vida le juega un juego y ella supo corresponder cuando la vida atormenta, pero, con la resiliencia pudo Amarette sostener la vida hasta que frente al violador no contuvo fuerzas, fortalezas ni voluntad sino un odio devastador, decepcionando a la vida, al tiempo y al coraje de amar cuando ése hombre le violentó su cuerpo. Los ojos de Amarette vieron la venganza llegar y cumplió con lo establecido de vengar su vida, una violación, un dolor y una pena. Amarette sin resiliencia con aquel abrecartas letal abrió la herida nuevamente de su propia vida e irrumpió en un mal convenio, pero, tan satisfactoria como haber vengado una violación y fue aquella tarde del mes de abril en el ocaso en aquel zaguán solitario y oscuro. Amarette quedó por siempre entre la espada y la pared sucumbiendo y zozobrando entre barrotes de hierro por haber vengado su vida, una violación, un odio y una decepción. Amarette por siempre quedó como la vil asesina de un hombre que le violentó el cuerpo, pero, en ley a la razón no la toman en cuenta cuando la ven a ella como la asesina, pero, a él no lo juzgan como el violador de Amarette. Amarette cumple su sentencia y sabe una cosa: que la venganza es dulce y no amarga como la hiel.
FIN
- Autor: EMYZAG (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de septiembre de 2024 a las 00:18
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais
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