Desayuno de campeones

Rodrigo Santibáñez

Con el cigarro en la boca me dice que no fume,  
Mucho perfume de tabaco se traba en sus pulmones,  
Entre la tos que choca con su propia nube, sube. 


Sube un insulto al aire y luego cae sobre mí, 
Como si fuera mi culpa,  
Siendo que los dos estamos aquí,  
Atascados en un sin sentido,  
Parecido, pero no igual. 


Con mi vaho tibio lo imito, 
Simulo ser chimenea,  
Buscando calma que en parte encuentro,  
Pero no es lo que necesito,  
Me sorprendo taciturno, justo ahora,  
Que el pecho pide ser palabra y no vapor. 

Y doy mi bocanada de aliento,  
Pero solo llevo humo adentro,  
La arcada encaja con mi cuerpo, 
Y luego de un escupo la hago salir. 


¿Qué estamos haciendo mal? 
Por fin pregunto, 
"No vivir en el momento", 
"Perdimos la paz en un intento", 
"De esa no se vuelve nunca", 
No, no se vuelve jamás. 


La mejor crítica siempre viene de un amigo, 
A veces no es algo que quiera escuchar, 
Le quito el cigarrillo, 
Desde la resina en sus colmillos, sin aviso, 
Le boto la colilla al piso. 
Otro lunes, dale, hay que continuar. 

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