No hallaste en mí valores alterados
ni distraída mirada.
Te extrañaste de verme sonreír.
Pisa la sombra que proyecto, y
traga el viento de mi espalada.
La sangre que escupí no era mía.
Aún la noche es caliente
y los humedales están secos
de amor querido amigo.
- Autor: PAU-SAN ( Offline)
- Publicado: 17 de septiembre de 2024 a las 05:10
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Augusto Fleid, La raiz que no se seca, Mauro Enrique Lopez Z., PAU-SAN, Pilar Luna, Sergio Alejandro Cortéz
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.