AUNQUE BUSQUEN ENTRAÑAS
con salivilla de estrella
las telas del corazón,
espumosas de canas y de arrugas
telarañas cuelgan de la razón; (5)
hilos de lluvia,
de aquel aquello que era.*
El miserere de los cocodrilos (2024)
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[*]Todo el poema (centón no. 5) es un mosaico de versos procedentes de otros autores, un escueto cadáver exquisito. A continuación, detallo la procedencia de cada uno de ellos…
Título
«A una mujer» [Tomo primero], de José Zorrilla (Poesías, 1837)
Nº verso
1 : «En el lugar que más nací», de Pureza Canelo (Pasión inédita, 1990)
2 : «Romance de la guardia civil española», de Federico García Lorca (Romancero Gitano, 1928)
3 : «Cantar de la afrenta de Corpes» [concretamente, el segundo hemistiquio del verso 3260], del Cantar del Mío Cid (s. XI-XIII?), hasta la fecha, anónimo
4 : «6» [Si la sangre también, como el cabello…], de Miguel Hernández (El rayo que no cesa, 1936)
5 : «Telarañas cuelgan de la razón», de Luis Cernuda (Los placeres prohibidos, 1931)
6 : «Noviembre (El poeta)», de Aurora Luque (Haikus de Narila. Microbucólicas, 2017, edición bilingüe)
7 : «21» [¿Recuerdas aquel cuello? ¿Haces memoria…], de Miguel Hernández (El rayo que no cesa, 1936)
- Autor: Otxamba Quérrimo ( Offline)
- Publicado: 17 de septiembre de 2024 a las 08:58
- Comentario del autor sobre el poema: "El miserere de los cocodrilos" es un sucinto bestiario de la imaginación, nueve poéticas incursiones que son, ante todo, mosaicos de literatura en español, teselas de versos de otros autores, cadáveres exquisitos, puzzles, cada uno de los cuales, patrimonio de la historia de nuestra mejor poesía: contienen más de 450 versos de más de 150 poetas. Quizás más apropiado sea el nombre de «collage», «pastiche», «rapsodia», «remix», «ensalada», «medley», «florilegio», «centón»… Pero me gusta ése: cadáver exquisito. Con sus matices, con sus variantes, el procedimiento es el mismo: crear a partir de lo ya creado, construir algo a partir de trozos y residuos de la tradición, o de la actualidad, reciclándolos, desmembrándolos, recomponiéndolos a nuestro gusto. Un solo mecanismo: el corta y pega. Y, como resultado, nuestro exquisito cadáver, es decir, una obra «continua a partir de lo inconexo; completa a partir de lo diverso; nuestra a partir de lo ajeno». En un rompecabezas así no son los fragmentos, la intertextualidad, no es desembuchar citas lo importante. Lo importante es la forma, la composición final; no las fuentes en sí, sino cómo, a través de ellas, se expresa algo familiar pero contradictoriamente nuevo. Ésa es la pretensión de este peculiar miserere de cocodrilos: conjugar el pasado con la admiración, sus imágenes con mi música, hasta que, en nuestras manos, como palpitando, queden, algo apretujadas, nueve «rosas artificiales que huelan a primavera».
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: Pilar Luna, Augusto Fleid, Antonio Pais, Scarlett-Oru, Mauro Enrique Lopez Z.
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