Diario (17 setiembre 2024)

Matias 01

En algún lugar ella debe estar esperando

mientras duermo,

mientras el café dulce, oscuro, angelical

se va enfriando.

 

Yo sé que vivo, allá a lo lejos, en ese hogar

desaparecido

a donde voy a diario con los pies infatigables,

de limosneros,

y los ojos brillantes,

impregnado de algo ausente, de hostias y flores

de otro jardín.

 

Yo sé que voy, que avanzo, que muero

poco a poco, impregnado de esa roca viva

que siguió a su funeral,

resucitando

con la sal en la herida y el olor a libertad

a medias

de otros muertos.

Yo sé que tengo ojos, pero no tengo alma.

 

Nadie puede escapar a su destino, nadie sabe.

Pero, a veces uno puede huir

por la ventana de los ojos

hacia el lugar donde el cielo es un campo

de flores

y la mujer amada brinca como una hormiga

juguetona y traviesa

y Dios sonríe y la luz se enreda al aire.

 

En algún lugar yo estoy esperando mientras

ella duerme…

 

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