MEMORIAS DE UNA ORUGA

Lourdes Aguilar


AVISO DE AUSENCIA DE Lourdes Aguilar
En cada oportunidad que se presente estaré con ustedes
Mientras haya vida habrá poesía

Estoy a cielo abierto, acomodada en una rama, es un bonito lugar, otras como yo miran como yo la gran bóveda azul, mimetizándonos en sus respectivas ramas, degustando las carnosas hojas sin nada más que sentir, recorrer el espacio ondulando el cuerpo, no hay un futuro urgente, no hay un rencor pendiente, simplemente el latido constante y la irrigación de la sangre, son momentos en que todo es perfecto; perfecto el día con su sol en movimiento, su aire refrescante en la rama donde el follaje abanica al moverse, con su noche al llegar poco a poco iluminándose con sus astros que a pesar de la lejanía también se mueven, a veces las luces se mueven, se encienden y desaparecen rápidamente, es apacible el vuelo de tantos congéneres, algún día seré como ellas, primorosa y alegre, mi vida es corta, simple pero feliz.
 Quién dijera que iba a dar un giro inesperado, al menos para criaturas como nosotras, nunca había estado tan consciente de mi pequeñez e insignificancia hasta ese día, durante el cual llegaron gentes a romper el silencio y la tranquilidad con sus martillos y clavos, casi derriban mi árbol al construir su morada, y amontonar sus cosas, metieron tablas, láminas, piedras y el resultado era una caja de piedra con techo endeble donde esa gente apenas cabía, se aseaban y hacían sus necesidades fisiológicas caminando entre cajas y recipientes estorbosos, pero a la gente no parecía importarle, los más pequeños jugaban entre restos  mosqueados, entre botellas y cartones y para colmo hacían ruido todo el día con un aparato de donde salía música estridente, como si quisieran dar a conocer su presencia más allá del horizonte, ahora usan aerosoles y humo para evitar que los demás insectos les piquen o husmeen entre lo que guardan, vagan por todos lados los grandes como los pequeños gritándose, cubriéndose con trapos sucios y dejando migajas y envolturas por todos lados, para divertirse cazan lagartijas, pájaros o cualquier cosa que se mueva solo para torturar y mutilar al infortunado o simplemente dejarlo mal herido y que sucumba a sus heridas donde haya caído en una muerte cruel y dolorosa que las hormigas rojas se encargan de realizar. Afortunadamente no han notado mi presencia, pero el peligro es constante y preferiría perecer como alimento de algún pájaro o araña que caer en sus malévolas manos.
 Ha llovido mucho, yo ya estoy lista para preparar el capullo, el árbol y yo hemos sobrevivido de milagro pues constantemente están cortando ramas, si todo sale bien mi metamorfosis llegará a buen fin aunque eso no garantice mi supervivencia, hasta ahora las hojas me han alimentado, pero después necesitaré flores y no hay muchas, de hecho para alcanzarlas deberé atravesar los obstáculos que ésta gente ha desperdigado y mi vuelo será lento, bajo y arriesgado, una ruleta macabra para alimentarme y descansar, muchas me han advertido que han visto a esos invasores arrancándoles las alas a escarabajos y mariposas solo por diversión ¡Qué pavor! 
 Mi capullo está terminado, por un tiempo dormiré y con suerte despertaré lista para cumplir la última fase de mi vida, la más hermosa y plena, procuraré conservar mis recuerdos anteriores a la invasión, al escándalo y a la persecución, aspiraré quizá por última vez éste aire que la lluvia ha librado momentáneamente del olor a suciedad que esa  gente ha traido consigo, reconozco que tengo miedo, miedo de que mi belleza solo sirva para atraer la atención y no poder disfrutar del néctar de una flor siquiera, me despido así de lo único constante que ha existido hasta hoy: mi árbol, mi sol y mis astros nocturnos, a ellos encomiendo mi minúscula existencia y así mismo mi posible renacimiento.

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Comentarios +

Comentarios1

  • EmilianoDR

    Que creativo monologo de esa oruguita tan sabia apreciado Lourdes.
    Que buena prosa tan bien hilada.
    Saludo y gracias.

    • Lourdes Aguilar

      Muchas gracias, bonito día



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