En un rincón del alma, oscuro y solitario,
donde el eco de antaño ya no suena,
se desvanece el canto del canario
y la esencia vital se vuelve ajena.
Eran días de sol, de risas claras,
de brisas en el rostro, aroma de esperanza,
con cielos pintados de luces tan raras,
y sueños danzando en eterna confianza.
Pero hoy, el silencio pesa como bloque de mármol,
y el pecho se siente un páramo helado,
las alegrías se han vuelto rarezas de mármol,
y el corazón, un templo abandonado.
¿Cómo es que la risa se hecho sombra?
¿En qué instante el color se hizo gris?
Es un camino, constante y sin asombro,
donde el alma confusa se vuelve aprendiz.
Los ojos, antaño brillantes, ahora opacos,
perdieron el fulgor de la chispa amante.
Son postales de tiempo en marcos flacos
testigos del viento que pasa distante.
El mundo sigue girando su inmensa danza,
y las voces susurran como olas inalcanzables.
Pero yo, atrapado en eterna balanza,
busco en cada mirada las chispas inagotables.
Recuerdos distantes buscan la puerta de regreso,
intentando encender la llama dormida.
Pero mi ser se ha vuelto un universo,
donde reyes y sueños han perdido su vida.
Sin embargo, en lo profundo de esta travesía,
hay un susurro leve que crece y consuela;
una esperanza lenta, una tenue melodía
que, paciente, aguarda su turno y espera.
Tal vez, un día, el amanecer despierte,
y el sol derrita la escarcha de mi ser,
recuperando el hueco, el amor fuerte,
y devolviendo lo que dejé de ver.
Aunque la senda actual me hable en tonos mudos,
y no comprenda el lenguaje de mi propio corazón,
sé que la vida, en sus ciclos desnudos,
guarda en sus entrañas historias de renovación.
- Autor: Sr. Martinez ( Offline)
- Publicado: 20 de septiembre de 2024 a las 01:30
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: WandaAngel, La Bruja Irreverente, Texi, La raiz que no se seca, Antonio Pais, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
Las alegrías se han vuelto tristezas
En este corazón hoy solitario ...
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