Hoy sus labios amanecieron ausentes.
Ya no saben a pomelos jugosos.
Quizás aún sueñan con su pan y su vino
a los pies de un romance y su vértigo.
Puede que sea la resaca de sombras
o la fiebre del rubor abandonado,
con los que se desbocaron a las llamas del deseo
y se mecieron en el trapecio sin su red.
Tal vez sea la dignidad de las promesas
ungidas en rudo abrazo del desespero,
coreando el mito del juramento mudo
vertido sobre el terciopelo de su invierno.
Todo amor desea recuperar la maleta de aquel viaje
que contiene los juramentos extraviados
y porque tiene una memoria bien ganada,
les viene bien fundar un nuevo rezo verdadero.
Sí, le piden al amor ciudades con nidos y barcos
y un mar sin desechos de pandemias,
palidecerá el rojo vivo del olvido
porque ese amor no puede solo sin estrellas.
Sí, le piden al amor luz de invernadero,
adornado con bisuterías gitanas,
se bloquearán humedecidas las ventanas
y un vidrio difuminará lo verdadero.
Sí, le piden al amor vida sin conjuros
y que no deje escapar su goce y sus gemidos,
se dormirán en sus otoños abatidos,
sumergidos en sus tormentos más oscuros.
- Autor: Alegui (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de septiembre de 2024 a las 08:15
- Comentario del autor sobre el poema: pedirle lo posible será siempre una utopía
- Categoría: Amor
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Antonio Pais, Augusto Fleid, La Bruja Irreverente, Pilar Luna
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