Yo quiero seguir los pasos
de los hombres que labraron
la tierra de mis ancestros,
antes que el sol tuviera
nombre en sus labios,
antes que el fuego trenzara
sus hilos en la sombra.
Ellos caminaron en silencio,
sembrando la espiga y el maíz,
derramaron puñados de agua
desde cántaros del cerro,
y la sed se rindió en su manto
sobre la arena desnuda,
sobre guijarros callados.
Supieron el secreto del agua
que nace de las cumbres,
guiaron la corriente invisible
que viaja impredecible
bajo la piel de la tierra.
Con manos sabias la guiaron,
la hicieron canto en las acequias,
y en cada gota escribieron,
el mensaje que se esconde
en las venas del invierno.
Con sus manos de joyero,
escarbaron en la pampa
rasgaron en la piedra
y dibujaron el tiempo.
Atraparon el viento,
y en tinajas de barro
guardaron los secretos
de los huesos sempiternos,
el polvo imperecedero
de una raza que no ha muerto.
- Autor: Gusechag (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de septiembre de 2024 a las 09:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Augusto Fleid, La Bruja Irreverente, Mauro Enrique Lopez Z., Lincol
Comentarios1
Los nascas siguen asombrando al mundo y su legado perdura desafiando al tiempo.
Encantado de leerte.
Saludos.
Gracias por tu visita amigo.
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