Un latido diferente

Tu novia eterna

 

He curado mi depresión a base de apapachos y besos, 

me abrace tan fuerte que creí que se caerían todos mis huesos, 

pero aun mantengo ese día, 

mi día, en el que prefiero el sonido del silencio,  

me descompongo, me evaporó y miro por dentro,

donde puedo admitir que anhelo como una bebe un padre, 

donde soy consciente que fui abusada y me duele cada parte el cuerpo, 

donde guardo los impulsos más fuertes, como el casarme, 

el único momento en el que me siento sola, 

y puedo llorar libremente sin que nadie se atreva a juzgarme, 

el día en que abrazo con la palma de mi mano mi vientre, 

porque se que he perdido a mi hermoso pequeño,

la oscuridad me rodea curiosa porque ocultó a todos mis propios secretos, 

pero no me agobia, no me distrae, no pregunta solo juega con mis cabellos,

y solo ahí con la piel a flor de loto, desnuda y pálida tocando el frío del suelo, 

soy libre y solo siento, 

mis lágrimas fluyen de mis ojos como la lluvia que no cae en el suelo, 

soy mi propio verdugo, mi juez, el jurado, 

y a la vez el prisionero, 

no juzgo mi vida, no puedo, 

pero he aprendido a vivir el día a día, con todo ese dolor que llevo dentro.

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Comentarios +

Comentarios1

  • Gustavo Echegaray

    Hermoso y muy sentido poema.



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