Feliz el hombre que disfruta con la ley de Jehová; día y noche lee su ley y medita en ella (Sal. 1:1, 2).

Yeshuapoemario

 

 

En la búsqueda de la felicidad, el espíritu se nutre de palabras eternas,

como manantial de sabiduría que en las escrituras se revela y alterna.

No solo de pan vive el hombre, sino de cada letra divina que se interna,

en el alma que busca guía, en el corazón que a la luz eterna se aferra.

 

Jesús lo dijo, y su eco resuena en el tiempo y la esfera,

que la Palabra de Jehová es alimento que nunca se gasta ni se espera.

Es fuente de vida y consuelo, es promesa de un mañana sin guerra,

es el amor que nos enseña, es el perdón que nos libera.

 

La Biblia, libro de los siglos, voz de un amor sin fronteras,

nos habla de un propósito, de una amistad sincera.

Nos muestra el camino para ser amigos de la luz verdadera,

y nos guía hacia el perdón, hacia una vida sin cadenas.

 

En sus páginas encontramos la promesa de un futuro sin pena,

un futuro donde la paz y la justicia son la bandera.

Jeremías nos lo promete, y su palabra nos llena,

de esperanza y de un anhelo por una vida plena.

 

Por eso, en momentos de tribulación, cuando la carga se torna severa,

volvamos a la Palabra de Jehová, a esa fuente que nunca desespera.

Leamos y meditemos, llenemos el alma de esa luz primera,

y encontraremos en la sagrada escritura, la felicidad verdadera.

 

  • Autor: Yeshuapoemario (Offline Offline)
  • Publicado: 21 de septiembre de 2024 a las 07:46
  • Comentario del autor sobre el poema: Feliz el hombre que disfruta con la ley de Jehová; día y noche lee su ley y medita en ella (Sal. 1:1, 2). Para ser felices de verdad, debemos alimentarnos en sentido espiritual. Necesitamos hacerlo. Por esa razón, Jesús dijo: “No solo de pan debe vivir el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Jehová” (Mat. 4:4). Por lo tanto, no dejemos que pase un solo día sin alimentarnos de la valiosa Palabra de Dios, la Biblia. Como Jehová nos ama, en ella nos dice qué podemos hacer para alcanzar la felicidad. Por ejemplo, nos enseña para qué nos dio la vida, cómo podemos ser sus amigos y qué debemos hacer para que nos perdone los pecados. También nos habla del precioso futuro que nos promete (Jer. 29:11). Conocer estas verdades mediante el estudio de la Biblia nos llena el corazón de felicidad. Por eso, si nos sentimos agobiados por los problemas, dediquemos más tiempo a leer la Palabra de Jehová y meditar en ella. w22.10 7 párrs. 4-6 Examinemos 2024
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 13
  • Usuarios favoritos de este poema: Yeshuapoemario, Antonio Pais, Augusto Fleid
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