QUISE AMARLA.
Yo quise amarla en lo imposible de amar
y quise olvidarla en lo posible del olvido
y la pude amar en lo imposible de olvidar,
aunque a olvidarla nunca me he resistido.
Y la amé tanto como se ama la vida,
sin condición, medida… Ni prejuicio
y se arraigó como se arraiga una herida,
al principio grato, como alfa de un vicio.
Quise amarla, más de lo que usted me amara,
iluso de la liviandad inconfesa de su amor,
más no se da por iluso el rocío que cae a la flor,
que la beso y acarició, antes que el sol lo sacara.
Yo la vi con amor puro y usted indiferente,
cómo indiferente ve a la flor el invierno
y la sufrí con un dolor tan inclemente,
que su mirada primera, se me hizo averno.
Y quise amarla dentro de lo que me fue posible,
entre deseos y ansias que brotaron sin simiente
y ante fríos desplantes, este amor fue plausible…
Amándola como ama falsa promesa el indigente.
Si me amó: Verdaderamente no pude saberlo,
que la amé: Si es una verdad que puedo decir
y fue mío, ese amor de ella sin poder tenerlo,
y el calvario de amarla, me fue sublime sufrir.
La amé hasta donde me fue posible,
más Ella, este franco amor ignoró
y dentro de mi alma; Toda ella quedó,
viviendo en mí… Su amado imposible.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA.)
Septiembre 21 del 2024.
- Autor: VICTOR SANTA ROSA ( Offline)
- Publicado: 21 de septiembre de 2024 a las 14:05
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, JacNogales, Mauro Enrique Lopez Z.
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