En las callejuelas afanadas de la acalambrada espera,
oímos achantados, sin ver las caras conocidas,
rostros perdidos entre golpes y berrinches,
bajo el vocerrón de una puerta que nunca se calla.
Arrinconados, atrapamos charcos con miedos
de ruda y manzanilla, viejos potes de almíbar
guardan la esencia de lo que fue, como anzuelo,
mientras esperamos renacer de los escombros.
¿Estás bien, corazón, sin aire arisco?
con la filosofía del amor consumiendo rosquillas,
cada piragua, cada cincho no recordado,
la falta de una piel aún por descubrir su chiflido.
Con cada leña indecisa, que daño no sustenta,
una butaca traza líneas torcidas,
caminos que bifurcan hacia lo desconocido,
buscando ese refugio preciso, aún no rendido.
Erramos en el oficio de revivir, mezclando
marimbas y las voces morfológicas,
en el fondo de la memoria famélica, donde
la noche se convierte en el refugio del mundo.
- Autor: Ivette Mendoza Fajardo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de septiembre de 2024 a las 10:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 40
- Usuarios favoritos de este poema: Ricky Arbenz, Antonio Pais, jvnavarro, EmilianoDR, Pilar Luna, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez, Raül Bernadas
Comentarios1
Brillante con un cierre inmejorable
Muchas gracias, un saludo cordial
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