Mi amiga, la más unida, le has dado color a mi vida, como esa niña que tenía a su muñequita a toda prisa.
No eres mi prima, ni la flor de lima del jardín de mi tía, pero eres la alegría que ilumina mis días.
Entre idas y venidas, de tu casita a la mía, siempre querías ir vestida de amarilla por la avenida.
Desde mi ventanilla, a través de la cortina, te observaba llegar desde la esquina, irradiando una luz tan divina que parecía una melodía llena de poesía.
Tu presencia, mi señoría, es la sabia homilía que, como un guía en su maravilla de villa, va sembrando así la armonía en su florería, con amor y su esencia a manzanilla.
9 - 22 - 2024 K. S.
- Autor: SusanaS ( Offline)
- Publicado: 23 de septiembre de 2024 a las 02:23
- Categoría: Fecha especial
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Sergio Alejandro Cortéz, Lualpri, Raül Bernadas, Antonio Pais, Mauro Enrique Lopez Z., Pilar Luna, EmilianoDR, Gonzalo Márquez Pedregal
Comentarios1
Bello
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