Romance al pinar nocturno

Lucio Mendez



Ni frío ni calor, solo

noche bajo un cielo tibio.

Como un náufrago en mitad

de un océano de pinos,

me resguardo entre montañas

para encontrarme a mí mismo.

Abandono el pensamiento

y en favor de los sentidos

pongo el piloto automático

en un viaje hacia el instinto.

A lo largo de la noche,

un silencio interrumpido

por la llamada espectral

del cárabo en vuelo esquivo;

camuflado en la penumbra,

fantasmagórico aullido

rescatado por el monte

de un encantado castillo.

Bajo el templo negro chocan

delirio contra delirio

en los sueños de los duendes,

y el hechizo de los grillos

tras los sueños va dejando

inexplorados caminos.

Raíces al descubierto

por la erosión de los siglos

descansan sobre un colchón

descompuestamente vivo;

ácida cuna deshecha

donde retoñan los hijos

de padres bicentenarios

que los bañan en oxígeno.

Copas que vuelan directo

a soleados destinos,

sus raíces aferradas

a la pared del abismo,

y clavadas en las ramas,

las púas de sus cepillos

peinan al vuelo la brisa

que cae suave del risco.

Noche cargada de ensueño

entre pinos y más pinos,

antes de caer de bruces

bajo el sable matutino,

revélame tu secreto

y a ti me mantendré unido,

recordándote estrellada

hasta el último vestigio.

Ver métrica de este poema
  • Autor: Lucio Mendez (Offline Offline)
  • Publicado: 23 de septiembre de 2024 a las 18:51
  • Comentario del autor sobre el poema: Me encuentro en un punto donde no hay persona humana a 15 kilómetros a la redonda, en punto rodeado de montañas cubiertas de espeso bosque de pinos, al que se llega por un sinuoso camino por el que pasa un coche cada 34 años y medio, con la cobertura justa para que no me lleguen los whatsapp de mi suegra. El pinar es tan indómito y espeso, que me resultaría complicado adentrarme en él sin terminar despellejado por la corteza de los troncos o ensartado por las ramas secas más bajas. El silencio es tan sepulcral que hasta el run run de mis pensamientos me resulta molesto. Un silencio solamente interrumpido por el ulular del cárabo: una rapaz nocturna de tamaño mediano. Debe andar por el metro de embergadura y en ocasiones veo sobrevolar sobre mi cabeza su silueta más oscura que el cielo estrellado. Ya estoy familiarizado con su fantasmsgórico sonido, del que he puesto un vídeo en la cabecera, pero la primera que lo escuché, y fue de manera nítida porque se encontraría posado en un árbol a unos 20 o 30 metros de mi posición, creí que que me había convertido en un carrillón, porque se me subieron las bolas a la garganta y me hicieron sonar la campanilla. La noche es larga como largo será mi gozo antes de que la aurora se trague a las estrellas.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 27
  • Usuarios favoritos de este poema: jvnavarro, Antonio Pais, alicia perez hernandez, Augusto Fleid, Mauro Enrique Lopez Z., Gonzalo Márquez, Sergio Alejandro Cortéz
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Comentarios +

Comentarios2

  • jvnavarro

    Buenas letras. Un encanto especial hace que la lectura sea entretenida y agradable
    Un saludo

    • Lucio Mendez

      Gracias. Aquí ando entre pinos de agujas perennes para intentar amortiguar mi caída en el otoño. Saludos.

      • jvnavarro

        Un saludo

      • alicia perez hernandez

        Bajo el templo negro chocan
        delirio contra delirio
        en los sueños de los duendes,
        y el hechizo de los grillos
        tras los sueños va dejando
        inexplorados caminos.
        ......
        INTERESANTES VERSOS QUE SE APRECIA EN SU LECTURA.

        • Lucio Mendez

          Gracias, Alicia. Este tipo de noches en parajes así me embrujan. Un abrazo.



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