Silva helado y disonante, este envoltorio de impiedad,
Mientras, bajo la constelada amabilidad del cielo,
Pienso:
Se que el tiempo es un enemigo...
Y más, si en la luna se me cultivasen,
Vedados frutos para la inmortalidad.
Pienso en esa dama luminica, de aspecto calmo, elegante...
De sonrisa mágica, con imagen cadenciosa y fusilante.
Hay en sus ojos, un arquetípico misterio ardiente,
Sus inadvertidos ojos, predatorios, en mi mente.
Pero la gente... cree que muerdo avernos al escribirle,
Creen, que por mi espectro de implacable,
Ni es puro ni florece mi gozo,
Y es más; quizás, inmarcesible...
- Autor: Martinez Deschamps (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de septiembre de 2024 a las 17:10
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Augusto Fleid, alicia perez hernandez, EmilianoDR, ElidethAbreu, Mauro Enrique Lopez Z., Sergio Alejandro Cortéz
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.