Ya no soy aquel joven que soñaba,
Con alas de libertad, a volar.
El tiempo ha marcado mi piel, mi alma,
Y en cada arruga, una historia a contar.
Mis ojos, antaño claros y vivaces,
Ahora reflejan el dolor de tu azor.
El espejo muestra un rostro ajeno,
Donde el tiempo ha dejado su huella.
Como hoja que cae de un árbol otoñal,
Me siento arrastrado por la corriente.
El ayer se desvanece, cristalino,
Y el mañana es una sombra incierta.
A pesar de las marcas, de las cicatrices,
En mi interior, un fuego aún arde.
La vida sigue siendo una aventura,
Aunque el tiempo haya cambiado mi suerte.
JTA.
- Autor: jtaltuve (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de septiembre de 2024 a las 09:56
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Soponcio, Santiago AlboHerna, Mauro Enrique Lopez Z., Sergio Alejandro Cortéz
Comentarios1
si el fuego aún arde, aunque el tiempo cambie la suerte, todo volverá a su cause
estimado Santiago AlboHerna "Me parece fascinante cómo utiliza la metáfora del fuego para expresar la persistencia de las emociones humanas a lo largo del tiempo."
"Creo que este verso resume de manera poética la idea de que, a pesar de la impermanencia, hay ciertas cosas en la vida que son constantes."
Este verso nos invita a reflexionar sobre la naturaleza cíclica de la vida y los eventos.
Gracias, saludos.
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