¿QUIÉN SOY YO? SEGUNDA PARTE

JUSTO ALDÚ

Me invitaron a hacerme de nuevo

a la sombra de mis días

y mientras soñaba que no fui quien soy,

me volví imparcial y me supe con una pesada carga de cruces e historia, 

con alegoría de trascendentales sucesos

e imperdonables pecados,

con una jauría de alocados desajustes,

cuando en realidad soy eternamente humano

encajado en el universo

con jipidos de mi especie

y una bonhomía natural

frente a un baldón de intrigas

propias de una insensata madurez.

 

Con cada dolor me crecieron espinas y te digo:

No soy libro, soy lectura y me permito acercarme a tus ojos con el signo

que define mi alma

estas letras que ahora dejan de ser mías

para ser tuyas.

 

¿Me conoces entonces

o no logré comprensión suficiente?

 

Ya no guardo miedos.

Los miedos dejan de lado la experiencia

y mis caídas las convierto en enseñanzas

por eso me entrego a pedazos

ganándole al sosiego sin reclamos ni aplausos.

No insistas, no necesito pedestales para estar en la memoria

porque dejé el desconcierto debajo de la almohada.

Soy quien soy y padezco de esa monotonía que tiene que aparecer en mis manuscritos cuando el café me llama a sudar a chorros.

Ahora ahoguémonos en un vaso de agua si es preciso,

pero no asesinemos los minutos en pendejadas.

Soy lo que hago, lo que poseo,

lo que inspiro, lo que digo después de un largo camino,

lo que pienso y, sobre todo, lo que escribo y mucho más.

 

JUSTO ALDÚ

Panameño

Derechos Reservados © 2024

 

 

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