Araucarias

W. Eulen Kard

Quietud perpetua de verdores escamados
conífera silueta en luna llena.
Existencia silenciosa de tiempos sosegados
plena tú en libertad serena.

Atalayas desde el cerco enmarañado
la bruma mañanera en los techos reposada.
Testigo del ocaso fascinado
frente a las montañas, infinita tu mirada.

Ajena ante lo adverso de los días
apuntas tus deseos hacia los cielos.
La ventisca no es congoja en noches frías
y el calor no marchita tus anhelos.

Robusta, empinada, casi eterna
siempre natural aún en la sequía.
Indefensa, sin agobios, siempre tierna
del sol eres amparo con umbría.

Jovial y ufana ante los años
paraje y nido de gorriones en tus ramas.
Quien pensó plantarte en los antaños
hizo bien, aunque de él no queden canas.

Ornato hay en tus barbas blanquecinas
que descuelgas en totalidad corpórea.
No del tiempo son y así fascinas
disimulada belleza de tu tez arbórea.

  • Autor: W. Eulen Kard (Offline Offline)
  • Publicado: 26 de septiembre de 2024 a las 00:34
  • Comentario del autor sobre el poema: Un día cualquiera, por allá en el año 2007 y sentado frente a las imponentes Araucarias en el parque de Santa Rosa de Cabal, Departamento de Risaralda - Colombia.
  • Categoría: Naturaleza
  • Lecturas: 5
  • Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais
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Comentarios +

Comentarios1

  • Salva Carrion

    Siempre he pensado que componer una oda a un árbol (en este caso la Aracauria) es más difícil que un simple poema de amor.
    Tengo por aquí un soneto inglés dedicado a un roble. Me costó mucho armarlo.
    Las letras bien ordenadas en este canto a la naturaleza.
    Apapacho



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