ASÍ SOMOS TÚ Y YO
¡Cómo me gusta mirarte cuando me hablas!
Escuchándote, me quedo embelesado mirándote.
Ver tus ojos fijos en mi como diciéndome…
a ti, y solo para ti, dirijo mis palabras de amor.
Me fijo en tu boca, en la forma en que
mueves los labios y muestras la blanca
hilera de perlas que tienes por dientes,
y que… de vez en cuando dejan entrever
la dulce carne rosada de tu lengua,
tu jugosa, ágil y juguetona lengua, que
tantas veces, he saboreado, y que tantos
juegos eróticos inconscientes ha realizado
jugando lentamente y sin prisas, con la mía.
Me fijo en tus ojos, en el poderoso brillo
que irradian tus pupilas advirtiéndome
y provocándome, con el calor que a través
de tu mirar, me envías para ambientar
la temperatura de mi anhelante cuerpo.
Me fijo en tu nariz, en la forma graciosa
en que la mueves a la vez que, con esa
voz mandona, estallas para increparme
algo que no he dicho, o hecho, a tu gusto.
Me fijo en tus orejitas de frágil duende,
de travieso y juguetón duende del bosque,
en el suave y melodioso aleteo conque
las mueves al ritmo y compás de tu voz.
Me fijo en tu bonito pelo, en la suavidad
con que lo acarician mis inspirados dedos
en los instantes de lujuria… que disfrutamos
tiernamente, y activamente enamorados.
Me fijo en todo tu maravilloso cuerpo.
Me fijo en todo lo que eres y haces,
me fijo en todo, menos… en lo que me dices.
Y cuando te das cuenta al preguntarme…
te enfadas y me gritas desenfrenada.
Momento que aprovecho para besarte
con pasión, y calmar con ello tu enfado.
Nos separamos, nos miramos un instante,
y… nos vamos apresurados a la cama.
- Autor: José Fas Fonfría ( Offline)
- Publicado: 26 de septiembre de 2024 a las 02:19
- Categoría: Amor
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Augusto Fleid, Mauro Enrique Lopez Z., Pilar Luna
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