Ayer dieron mi nombre en una ovación,
el eco de aplausos llenó el salón,
pero yo no estuve para recibir la gloria,
¡qué irónico es el destino en su historia!
Mi madre fue en mi lugar, altiva y serena,
y aunque me pesa, su orgullo me llena.
Yo, en este rincón, lo vi desde lejos,
Imagino tu sonrisa en los labios, ojos reflejos.
¡Qué dulce el aplauso que nunca escuché!
La fama llegó, pero yo me quedé.
Años de esfuerzo que otros celebraron,
y en mi ausencia, todos se alzaron.
Pero, ¿qué importa? Si en su pecho brilló
el premio que ayer en sus manos quedó.
¡Que ella lo viva, que ella lo sienta!
si al fin y al cabo, es lo que más me contenta,
Madre, saber que en tu mirada encontré el consuelo,
aunque mi gloria volara como un triste pañuelo.
¡Que la ovación suene, que el mundo se ría!
mi madre sonríe, y esa es mi alegría.
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Autor:
El Corbán (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 26 de septiembre de 2024 a las 12:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Augusto Fleid, Scarlett-Oru, Santiago AlboHerna, Pilar Luna, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR, Sergio Alejandro Cortéz
Offline)
Comentarios1
lo lamento Dr., aunque no se de q se trata, pero si, la vida tiene esos sinsabores o injusticias. Igual, dicen q hay un cielo donde seremos premiados si hacemos buenas obras
Gracias mi amigo Santiago, es solo un reconocimiento, tengo el privilegio de ser Bombero Voluntario en mi pais, por asunto de trabajo no pude viajar, no me dieron el permiso, por eso fue mi madre, y estoy feliz de que ella lo halla recibido en mi nombre. es solo eso. Saludos.
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