Lejana eras
Se estremecía tu pelo de atardecer en la llanura.
No eras una estrella, eras una constelación transparente que se perdía en los astros de una sonrisa ajena.
Tu risa, tus párpados de soldado eran el temor de los que odiaban la guerra.
Te metiste entre las magnolias y tus brazos se extendieron como un hilo de oro
Y mil rastros dejaron tu nombre en las huellas de aquel viejo poeta que buscaba en tu pelo versos de oro, del color de tu cabello esponjoso y lizo.
Amiga mía, te quiero, llevo en las ranuras de mis venas tu piel de avena y el tacto de tus manos de espuma.
Se desliza entre tu pecho un río lleno de dulces follajes y continentes.
Y bebo de ellos la musa y la melodía de esta guitarra vieja y mil cuerdas en ellas envidian el tacto de mis dedos en tu boca.
Veo que eres un parpado en los ojos de mil soñadores.
Que buscan en tu boca el sabor y la fragancia de un amor taciturno, Sofia.
- Autor: Juan Sebastian Mena ( Offline)
- Publicado: 27 de septiembre de 2024 a las 00:04
- Categoría: Amor
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, La Bruja Irreverente, La raiz que no se seca, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez
Comentarios1
por qué tu escrito se llama Valparaíso ???...si en tus línea no lo mencionas ni una sola vez...
El hecho ocurrió en dicho lugar.
entiendo...pero eso solamente tú lo sabes...debiste darnos alguna seña en tu comentario de autor, porque yo soy chileno, conozco Valparaíso y esperaba leer algo al respecto o relacionado con Valparaíso, pero dentro del escrito no hay ninguna alusión a Valpo...
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