Nervios en punta, voluntad de acero,
y nostalgia en llamas... Sufrió de fragrante gumia,
de saña impía. Un ventanal trizado,
que se quebró con el golpe de su furia.
Verdades que huyen del dolor,
mentiras que mueren de amor.
Cristales que lloran, tiñéndose de rojo,
sangre que fluye, una manta punzada,
y un aguijón que arde en piel marchita.
Un ventanal trizado,
que se deshoja en quiebre perene.
Fragil corazón,
vas coloreando
en acuarela oscura
mi paraíso ficticio.
Y en brillo de esperas, llanto fulguras,
cual alma solloza, en pena y encanto.
Triste verdugo,
amargo sufrir,
cruda realidad,
se coagula en el ventanal trizado.
No cortes la hebra rojiza,
que cicatriz quedará,
y mal herida pagarás
del estrago sabor que nunca olvidarás.
Como cariño infantil,
en tizones rebotará,
y se borrará en el ventanal trizado.
Lactando el sabor del dolor,
tocando suavemente su pecho morado,
y mirando su herida,
como boca que no cierra en hilos de piedad.
Su resignación me sostiene en brazo escallolado,
cual vendaval blanco,
acoroza traumas de vil ungir.
Y bien sabe que siempre recordará
el pobre ventanal trizado.
- Autor: Marco Montana (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de septiembre de 2024 a las 00:36
- Comentario del autor sobre el poema: Basándome en una pequeña parte del martirio que mi madre sufrió la mayor parte de su vida... y una de esas, una herida que marcó un antes y un después. Cual cicatriz dejó plasmada en un "ventanal"... les traigo esos versos cargados de mucha tristeza y palpitante emoción... espero que sea de su agrado. ¡Saludos!
- Categoría: Triste
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, La Bruja Irreverente, La raiz que no se seca, Llaneza, CARLOS ARMIJO R...✒️, Zasphis🦯, Mauro Enrique Lopez Z.
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