No culpes a tus ojos del embeleso,
sí, por tus visores te persuadiste
de la presencia del amante perfecto,
más no ellos forjaron el hado
que el desdén propuso irresoluto,
anhelantes añoran reiterar el acto
que alguna vez propició un ‘sueño’,
mas del embeleso no los culpes,
que tus ojos son inocentes del asedio,
apostó el corazón toda su fortuna
y en el encuentro perdió la jugada,
obtuviste el premio de consolación
que consiste en recuerdos vagos,
de ti depende si los resguardas
para hacer con ellos nuevos sueños.
- Autor: GDA ( Offline)
- Publicado: 27 de septiembre de 2024 a las 01:00
- Categoría: Amor
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, La Bruja Irreverente, alicia perez hernandez, Pilar Luna, Mauro Enrique Lopez Z., Sergio Alejandro Cortéz, Hugo Emilio Ocanto
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